Mi todo para El

El título de esta reflexión nos habla de ese amor incondicional que cada uno de nosotros debe de tener hacia aquel quien nos dio la vida. Nos habla de cómo hoy en día el mundo ha descuidado ese primer amor por los afanes de esta tierra. Sí, estamos viviendo tiempos de gran apostasía, tiempos de gran tentación, tiempos de tibieza espiritual. Solamente aquel que mantenga su
primer amor ferviente podrá estar firme ante las adversidades que se avecinan.
En Apocalipsis 4 el Señor le habla a la Iglesia de Éfeso y luego de darle un reconocimiento y halagos por sus excelentes obras, su arduo trabajo, paciencia, su celo por aquellos que ministran la palabra, de pronto hace un alto y les exhorta, «pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor».
En otras palabras, Dios mira tu esfuerzo, tu trabajo, tu celo por la obra pero todo esto se desvanece ante el amor hacia nuestro amado Señor. Es por eso que Jesús le dice a María, la hermana de Lázaro que ella había escogido la mejor parte…estar a los pies del Maestro. Jesús no despreció los trabajos arduos de su hermana Marta…pero lo mejor de todo era estar a sus pies…en rendición y amor profundo.
A este maravilloso amor se le conoce en la Palabra de Dios como amor nupcial, siendo Jesús el novio «Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos?» Mateo 9:15  Habrán unas bodas del Cordero en las que tu y yo estamos invitados. La iglesia, la novia somos nosotros preparándonos para ese magno evento que se llevará acabo muy pronto.  Este amor nupcial no es una fantasía, es real, tangible y podemos alcanzarlo pues esta a nuestra disposición, no por nuestros méritos, no por el esfuerzo que hagamos para alcanzarlo sino porque El nos amo primero. El lo ha sembrado en nuestro corazón, proviene de El
Este amor es tan poderoso que llevó al Señor a sufrir para la redención el mundo. «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» Juan 3:16  Es su amor el que rescata al hombre del pecado, es su amor el que cambia el corazón entenebrecido por un amor limpio y puro. Es su amor el que cambia vidas, individuos, familias…y te puede cambiar a ti.
Si quieres de este amor sublime, si al igual que yo quieres decir «Mi todo para El» hoy es el día aceptable. Inclina tu rostro donde estés y ora conmigo: «Padre, estoy delante de ti, reconociendo que soy un pecador y que sin ti nada soy, te pido perdón por mis pecados y escribe mi nombre en el libro de la vida. Quiero amarte con este amor incondicional, ven a mi vida…Amén»

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