Jesús está a la puerta de tu vida


JESÚS ESTA A LA PUERTA DE TU VIDA
I.Texto Bíblico:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 21Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.  Apocalipsis 3:20
 II.Introducción: (mostrar imagen)
Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista. Llegado el momento, se tiró el paño que velaba el cuadro.
Hubo un caluroso aplauso.
Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta
de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía.
Todos admiraban aquella preciosa obra de arte. Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La puerta no tenía cerradura.
Y fue a preguntar al artista:
_“¡Su puerta no tiene cerradura! ¿Cómo se hace para abrirla?“.
El pintor tomó su Biblia, buscó un versículo y le pidió al observador que lo leyera:
Apocalipsis 3, 20:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriré la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.”
_”Así es”, respondió el pintor. “Ésta es la puerta del corazón del hombre. Solo se abre por dentro.”
Abramos nuestro corazón al amor, a DIOS.
  
III.Desarrollo:
A.      Una de las cosas que más aprecio en mi casa es la puerta.  Esa puerta es símbolo de autoridad y de firmeza.  Le abro la puerta a quién yo deseo que entre y la cierro firmemente si encuentro que en el lado exterior de mi casa hay algo que me amenaza a mi y a mi familia.  He aquí yo estoy a la puerta y llamo: Jesús reconoce el libre albedrio del hombre. La casa de una persona es su dominio; allí tiene control. Si alguien quiere entrar en nuestra casa, tiene que pedir permiso (tiene que llamar y esperar a que se le conceda la entrada). Jesús quiere entrar en nuestra casa, pero no se impone sobre nosotros. No se introduce a la fuerza, sino que respeta el derecho y la libertad del hombre de rehusarle entrada. La cerradura la tienes tú en tu mano, la decisión es tuya.  Por ello el Señor, queriendo hablar de intimidad dice que está tocando la puerta y si alguien oye su voz y le abre, entonces él entrará. Yo quiero hoy darle la oportunidad para que entre a mi vida.
Yo me pregunto, a quién has abierto esa puerta desde tu juventud? Quizás le has abierto la puerta al enemigo, quien ha entrado llevándote en algún momento al ocultismo (tarot, lectura de manos, adivinación, curanderos, etc.) Quizás por situaciones en nuestras vidas le has abierto la puerta al odio, al rencor, a la gritería, al adulterio…Pero Dios desea que abras la puerta a su persona.
B.      ¿Por qué quiere entrar?
Él quiere entrar a restaurar tu vida y a echar puerta afuera todo ese bagaje que hemos tenido acumulado por años en nuestro corazón. Él quiere restaurar la comunión con el hombre, aquella comunión que se quebrantó en el Huerto del Edén….
Él quiere ofrecerte enseñanza. En Lucas 10:38-42 vemos como Jesús llega a la casa de tres hermanos, Lázaro, María y Marta y estando allí Jesús enseñaba y María estaba siempre a sus pies…escuchando, dejándose enseñar por la palabra del Maestro. Sin embargo, Marta estaba en otros quehaceres…Cuando abrimos a la puerta y Jesús entra El nos enseña.  El Señor te ofrece entendimiento.
Te ofrece el perdón, la salvación, el descanso para el alma. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28
Jesús dijo, Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa. Lucas 19:9
Ofrece toda bendición espiritual, Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, Ef. 1:3 una de las cuales es la comunión en las cosas de Dios.
Nos hace partícipes  de la naturaleza divina. por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina” 2 Pedro 1:4
Y desde luego, nos ofrece la esperanza de la vida eternaY esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna. 1 Juan 2:25
C.      El peligro de no abrir la puerta:
a.       Jesús llamó a la puerta de los judíos y no abrieron.  Por lo tanto, hubo una sentencia.  Leer Mateo 11:20-24
b.      Jesús llamó a la puerta de Félix y de Agripa pero no le abrieron.  Lo dejaron afuera.
5Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré. Hechos 24:25
“Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano” Hechos 26:28
c.       Jesús tocó a la puerta del joven rico pero las riquezas no le dejaron abrir la puerta al Maestro. Igualmente con Judas, camino por tres años con el Maestro pero nunca abrió su corazón, la ambición se lo impidió y su fin fue la muerte eterna.
d.      La Sulamita no le abrió. Yo dormía, pero mi corazón velaba.
Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche. Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar? Mi amado metió su mano por la ventanilla, Y mi corazón se conmovió dentro de mí. Yo me levanté para abrir a mi amado, Y mis manos gotearon mirra, Y mis dedos mirra, que corría Sobre la manecilla del cerrojo. Abrí yo a mi amado; Pero mi amado se había ido, había ya pasado; Y tras su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo hallé; Lo llamé, y no me respondió. Cantares 5
a.       En el día final estos llamarán a la puerta del Señor, pero será muy tarde. Será en vano llamar. Ej. Las diez vírgenes  Mateo 25
D.      Si oyereis hoy su voz:
Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.  Isaias 55:6
“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón.”
Ahora Él está aquí, Él está a la puerta, porque usted está aquí oyendo su Palabra pero seguirá escuchándola mañana o pasado mañana? La vida sigue en marcha, muchas cosas pasan de un día para otro. Las cosas cambian. El corazón cambia.
 “Engañoso es el corazón más que todas las cosas y perverso, quien lo conocerá?” Jeremias 17:9
IV.CONCLUSIÓN
·       ¿Cómo están las puertas de tu corazón, tu mente y tus manos?
·       ¿Cuáles son los cerrojos que impiden que se abran por completo?
·       ¿Cómo puedes abrir estas puertas al Señor?
Cuál es tu deseo hoy? Anhela las cosas celestiales o está meramente embriagado por las terrenales?  Anhela usted disfrutar la doctrina alta del amor de Dios?  Desea hoy libertad y una comunión más cercana con el Señor?  Aspira conocer las medidas del amor divino en su altura, anchura, profundidad y altura?  Entonces usted es candidato para oír la voz del Señor y el toque suave de su mano sobre la puerta de su corazón.
Cuando el toca al corazón es porque desea una estrecha comunión con nosotros y quiere compartir la unción del santo.  Él tiene todas las llaves de las cámaras secretas de Dios y sin embargo no va a entrar en tu corazón a menos que tu mismo le abras la puerta.
Se que él hará de mi corazón su residencia permanente, con él llega la provisión del espíritu , él vendrá con el amor que siempre he anhelado sentir, él vendrá con el vino nuevo y las manzanas dulces de amor y traerá el aliento y salud que necesito en medio de mi enfermedad.  Cuando yo le abra la puerta él no solo entrará sino que él dejará afuera los enemigos.  Oh amor tan sin igual que trae tal invitado.  Hoy quiero abrir esa puerta y dejarlo entrar y nunca, nunca más dejarle ir.
Para que dejarle ir, si ya  he vivido muchos años solo.  Otros han tocado la puerta y yo la he abierto y los he invitado a seguir, pero desde el mismo momento que abrí la puerta me dejaron un hondo sabor amargo en espíritu.  No tenían nada que ofrecerme.  Invité al Señor religión, al señor filosofía, al señor éxito, a la señorita vanidad, a doña orgullo y a don gruñón y nada me dejaron….Cómo no he de invitar al Señor Jesús. Si en él encuentro gozo y felicidad, verdadero amor y profunda ternura?
Oración:

Señor,  Sé que tocas la puerta de mi corazón y quieres entrar, no te quiero dejar fuera.  Te necesito y anhelo que toques mi vida y me llenes de tu amor y bondad.  Tú prometes entrar en mi ser y que más anhelo yo si no es eso.  Tu presencia es importante y maravillosa.  La puerta de mi corazón cede ante la insistente y amorosa persuasión de tu Espíritu.  Ven Señor Jesús. Amén.

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