Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.
Levantarse es la invitación que día a día nos hace Dios, es tan fácil detenerse en el camino ,porque somos humanos somos frágiles y muchas veces faltos de fe.
Dios invita a Jeremías a levantarse porque quiere revelarle un misterio mayor, quería mostrarle el crecimiento a través del dolor y el quebranto.
Y descendí a casa del alfarero,y he aquí que él trabajaba sobre la rueda.(Jeremías 18:3)
Que maravilloso saber que el alfarero trabajo siempre, no se cansa esta moldeando a cada instante la vasija para hacerla mas hermosa cada día.
Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano;
(Jeremías 18:4)
Eso es lo que Dios quiere que seamos, vasijas de barro, personas con un carácter moldeable para que El pueda trabajar en nosotros.
Isaías 64:8 dice : «Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro Padre; nosotros barro, y tú el que nos formastes; así que obra de tus manos somos todos nosotros»
Lo sorprendente de esta palabra es lo que sigue «la vasija se echó a perder en su mano» siempre pensé que estando en las manos de Dios todo estaba bien y normal, pero cuando vino la prueba y sentí que me estaba quebrando, estando en las manos de Dios, comprendí que si no se rompía la vieja vasija y me dejaba moldear no podía servir para algo mayor. Cuesta tanto morir al YO la carne se resiste, pero es necesario, la palabra dice; “si el grano de trigo no cae a tierra y muere queda solo, pero si muere lleva muchos frutos” para llevar frutos hay que morir, si no lo haces la soledad te espera.
Desilusionada, herida y sin fuerzas me di cuenta que era una vasija rota, pero lo mas grandioso ahí en medio de la prueba fue darme cuenta que a pesar de estar hecha pedazos, estaba en las manos del alfarero, del mas grande , dulce y maravilloso alfarero, Cristo el admirable.
¿Sabes lo que les sucede a las vasijas de barro cuando ya han sido formadas? Se ponen al fuego, donde son cocidas y endurecidas. Como la vasija, nosotros también somos puestos al fuego – el horno de las luchas y adversidades de la vida. No nos gusta el horno – es muy caliente. Aparentemente intolerable, pero si nos resistimos, podemos arruinar los resultados de un proceso notable.
No quieres romperte y ser inútil ¿Verdad?. He entendido que es necesario morir porque cuando el horno es abierto y la vasija rota se vuelve a formar descubrirás dos maravillosas cosas. Primero, que la vasija ha ganado fortaleza, ha ganado belleza y color que ha sido fijado para siempre .y segundo que Dios a través del dolor te esta dando mayor revelación, autoridad , testimonio y poder.
Y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.(Jeremías 18:4 b)
El Rey de Reyes Y Señor de Señores, tiene el poder y la autoridad para hacer de nosotros lo que El anhela, para tomar cada pedazo roto de la vieja vasija y hacer una nueva como a El le parezca mejor hacerla.
La buena noticia es que Dios no te deshecha aunque estés herido, triste o hecho pedazos al contrario si estas ahí en el suelo eres el mejor candidato para que el tome cada pedazo y hacer de ti un maravilloso vaso de honra.
La Biblia dice en II de Corintios 4:7 “Pero tenemos este tesoro en vaso de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios,y no de nosotros”
Las tormentas de la vida y la turbulencia del río donde nos mete Dios siempre nos llevan a su amor y a su misericordia.
Gracias Dios por las pruebas porque a través de ellas somos disciplinados y podemos crecer y conocerle un poquito mas.
