Seamos lumbreras en este mundo

Definitivamente debemos ser luz en medio de las tinieblas. El poder alumbrar en lo más profundo de aquellos que no han tenido un encuentro con Dios, requiere de amor, discernimiento y tener las palabras correctas para llegar y tocar el corazón de los necesitados.  

Pero en todo esto hay algo muy importante y es dar la preeminencia al  Espíritu Santo.  El Espíritu Santo es el «paracleto», el consejero, el guía, el que nos abre los ojos humanos para poder llegar a la necesidad de esa persona que esta frente a ti, esa persona donde la semilla de la Palabra caerá y germinará la planta de la salvación.  Solo somos instrumentos en manos del Espíritu Santo, él nos mueve, nos lleva, llena nuestras bocas de palabras sabias y nos da esa palabra de ciencia, atinada, oportuna para el perdido.

Hoy te insto a que donde quiera que te encuentres dejes un destello de la luz de Cristo, dejes una huella de su amor, de su poder. Estemos prestos a la necesidad de aquellos que no conocen  íntimamente de Dios. No dejemos pasar el tiempo sin hablar de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. Aprovechemos cada instante para dar la Palabra…mañana puede ser tarde…es hoy que debo alumbrar a este mundo. Bendiciones, Maritza Cartín

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