No importa el tiempo que hallas vagado fuera de la casa del Padre Dios, lo importante es que hoy te levantes y vuelvas a los brazos de tu Padre Celestial. En su casa encontrarás refugio, paz y gozo abundante. No mires atrás, el mundo y sus pecados no te ha dejado ganancia si no desgracia. Es por eso que te insto para que hoy mismo vuelvas a casa. El te espera, no retardes su llamado.
«Venid a mi todos los cansados y trabajados que yo os haré descansar.»