De vez en cuando te veo venir a mí,
acercándote poco a poco con
paso suave…sigiloso…me miras e intentas atraparme…
Tu presencia me abruma, me molesta
y es por eso que hoy te escribo, Soledad:
Aunque pretendas apoderarte de mí,
Aunque abandonada me sienta del hombre,
Aunque poco amada me hagas sentir,
quiero recordarte a quien pretendes enamorar,
Soy la niña de los ojos de un Amante,
Soy su aroma dulce de día y de noche,
Soy su amada esposa,
Soy aquella que mete en sus habitaciones y me hace suya,
Soy aquella que por amor hasta su vida ofreció en una ingrata cruz,
Soy la morena, la sulamita, la paloma, su hija,
Soy la que Él tiene cuidado y protege de día y de noche…
Ahora que ya sabes quién soy, Soledad,
te acabas de dar cuenta que no tengo espacio para ti…
así que márchate y cada vez que intentes enamorarme,
recuerda quien soy…la amada de mi Jesús.
Por: Maritza Cartín
