Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones. Salmo 100:3
Desde los 9 años de edad el Señor me encontró y me hizo suya…La única manera de entrar al tabernáculo, a su presencia es con acción de gracias, reconociendo nuestra condición, así es como llegamos a nuestro Salvador.
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 1 Tes. 5:18
Una persona con un corazón agradecido, conmueve el corazón de Dios.
¿Sabías que dar gracias significa corresponder con gratitud por un bien recibido?
Los diez Leprosos:
Esto es lo que vemos en Lucas 17:11-19, la Biblia nos habla sobre la historia de los diez leprosos. La lepra es una enfermedad que deforma completamente al ser humano. En aquellos tiempos, tener lepra, era repugnante; la persona era expulsada y tenía que salir fuera de la ciudad para evitar el contagio de las personas a su alrededor.

Estos diez leprosos, tal vez tenían años sin ver su piel sana sin úlceras; años sin sentir ese olor putrefacto causado por la misma enfermedad, hasta aquel día cuando Jesús pasó por su ciudad.
Después de clamar a Jesús por compasión, el Señor Jesús hizo el milagro y ellos recibieron la sanidad, mientras se dirigían a ver los sacerdotes para hacer ofrendas por su purificación. ¿Te imaginas ese momento? ¿Ver su piel totalmente sana y limpia instantáneamente? Pero aunque los diez hombres recibieron la sanidad, solamente uno regresó a donde estaba Jesús para darle las gracias. ¡Qué pena por los nueve, pero que alegría por el uno que si fue agradecido! Veamos las características de ese corazón agradecido:
A. Inmediatamente Buscó a su Sanador. El hombre reconoció a Jesús como su Sanador y por esa razón se regresó a encontrarle en el camino. Él pudo haber decidido ir a buscar a su familia, amigos que tal vez tenía años sin verles, pero no, él prefirió buscar a Jesús. ¿Por qué? Porque quería darle gracias y reconocerlo como su Sanador y Salvador. Esto nos habla que la búsqueda del Salvador, del Sanador es personal. Los nueve se fueron para sus casas, no buscaron a Jesús, fueron malagradecidos, fueron sanos pero no salvos. Cuando tenemos un corazón agradecido, dejamos nuestras sendas antiguas de pecado y egocentrismo y buscamos al Maestro.
B. Inmediatamente Comenzó a Alabar a Dios. V15 “volvió glorificando a Dios a gran voz..”
Este hombre no se contuvo, su corazón gritaba, tal vez con danzas y cantos, la inmensa gratitud por recibir la sanidad. Ya no era esclavo de esa horrible enfermedad, ahora era libre para disfrutar una nueva vida. Ya no había más razón para duelo, el tiempo de la fiesta con Jesús había comenzado. Cuando le damos gracias a Dios reconocemos su bondad. Ud cuando le da gracias, le está diciendo, Dios eres bueno. A través de la alabanza, se reconoce la grandeza de Dios. Si ud. le alaba con todas las ganas, ud reconoce que tiene un Dios grande. Cuando lo adoramos reconocemos su santidad.
C. Inmediatamente Se Humilló. Cuando este hombre encontró a Jesús, dice la Biblia que él, “cayó rostro en tierra a los pies de Jesús” (V.16) y le dio las gracias. No importó la multitud a su alrededor ni el qué dirán, pero se postró en humillación reconociendo que Jesús era Dios.
D. Jesús no sana su cuerpo sino su alma, su corazón y le ofrece salvación eterna. “Y le dijo, Levántate, vete; tu fe te ha salvado.”
Jesús, después de ver como este hombre se acordó de Dios, preguntó, “¿Acaso no quedaron limpios los diez? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios?”
Pareciera increíble que estos nueve hombres se hayan olvidado de dar gracias a pesar de ser liberados de la muerte.
Así sucede hoy día con la mayoría de la gente que recibe tanto de Dios, desde la vida, la naturaleza, sobre todo, le ofrece salvación, sanidad en Cristo; pero no son agradecidos. Es tiempo de volvernos a Dios y ofrecer una ofrenda de gratitud por todo lo que El ha hecho por nosotros.
Te invito a que en este momento, eleves una oración de agradecimiento a Dios y puedas tener la actitud de este hombre que estuvo enfermo, una actitud de gratitud hacia el Maestro que toco no solo su cuerpo sino su vida.
Dios te bendiga,
Maritza Cartín
