Jesus, nuestro príncipe de paz

diciembre 2

YO SOY EL PRÍNCIPE DE PAZ. Como dije a mis discípulos te lo digo a ti: La paz sea contigo. Como soy tu compañía constante puedes contar con mi paz en forma permanente. Mientras mantengas tu concentración en mí podrás experimentar mi Presencia y mi paz. Adórame como Rey de reyes, Señor de señores y Príncipe de paz.

Para que mis planes se hagan realidad en tu vida, necesitas mi paz en todo momento. Es posible que a veces te sientas tentado a tomar un atajo para alcanzar la meta lo antes posible. Pero si eso requiere volverle las espaldas a mi Presencia pacificadora, deberás decidirte por la ruta regular, aunque te resulte más larga. Anda conmigo por los caminos de paz; disfruta tu caminar en mi Presencia.

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

—Isaías 9.6

Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. -¡La paz sea con ustedes! Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron. -¡La paz sea con ustedes! -repitió Jesús-. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.

—Juan 20.19–21 (NVI)

Muéstrame la senda correcta, oh SEÑOR; señálame el camino que debo seguir.

—Salmo 25.4 (NTV)

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.-Juan 14:27

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