Venid a mi!

enero 16

VEN A MÍ y descansa en mi amorosa Presencia. Sabes que el día de hoy trae sus dificultades y estás pensando cómo las vas a enfrentar.

El anticiparte a lo que tienes por delante te puede hacer olvidar que yo estoy contigo, ahora y siempre. Volver sobre tus tribulaciones hace que las vuelvas a vivir muchas veces; en cambio, es mejor pasarlas de una vez cuando ocurren. ¡No aumentes tus sufrimientos! Mejor, ven a mí y descansa en mi paz. Yo te fortaleceré y prepararé para este día transformando tus temores en seguridad.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

—Mateo 11.28–30

Durante todos los días de tu vida, nadie será capaz de enfrentarse a ti. Así como estuve con Moisés, también estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.

—Josué 1.5, 9 (NVI)

Una segunda oportunidad

Puede ser que te encuentres en medio del tumult de la ciudad o en la quietud de la montaña, Su presencia será tu delicia y durante ese encuentro descubrirás que Su amor te brindará una nueva oportunidad.

Al igual que Jonás, descubrí que la presencia es mayor que las circunstancias. También aprendí que el corazón del hombre es el único muro que oscurece el resplandor de Su presencia. Pero también pude entender que para la dureza del alma, Dios tiene la medicina y es el quebrantamiento. Cuando estamos dispuestos a admitir nuestro error, la tibia presencia del Padre vuelve a revelarse en gracia hacia nosotros.

¿Quieres vivir más intensamente en la presencia de Dios? Entonces no rehúses ser confrontado con la verdad. ¿Anhelas subir a una dimensión más alta? Pues debes cruzar el estrecho puente que lleva al corazón a rendirse. ¿Estás quejándote de una “cárcel” de la quieres salir? ¿Por qué no escuchar Su tierna voz apuntando al secreto de tu corazón?

¿Estás huyendo a Tarsis? ¿Estás llorando porque no percibes a Dios? ¿No lo has oído? Está gritando en las olas y silbando en el viento. Su ojo te sigue y su alma te extraña. No te extrañes si de camino te sorprende Su amor…

Mira las maravillas que Dios hará.

«Cosas mayores que estas verás.» Juan 1: 50. Esto fue dicho a un creyente semejante a un niño, que estaba listo a aceptar a Jesús como el Hijo de Dios, el Rey de Israel, sobre la base de un solo argumento convincente. Aquellos que están dispuestos a ver, verán: es debido a que nosotros cerramos nuestros ojos que nos volvemos tan tristemente ciegos. Hemos visto demasiado. Cosas grandes e inescrutables nos ha mostrado el Señor, por las cuales alabamos Su nombre; pero hay mayores verdades en Su Palabra, mayores profundidades de experiencia, mayores alturas de comunión, mayores obras de utilidad, mayores descubrimientos de poder, y amor, y sabiduría. Todas estas cosas hemos de ver todavía si estamos dispuestos a creer a nuestro Señor. La facultad de inventar falsa doctrina es ruinosa, pero el poder de ver la verdad es una bendición. El cielo será abierto para nosotros, el camino hacia allá será allanado para nosotros en el Hijo del hombre, y el comercio angélico que ocurre entre el reino superior y el reino inferior nos será manifestado. Mantengamos nuestros ojos abiertos a los objetivos espirituales, y esperemos ver más y más. Hemos de creer que nuestras vidas no se gastarán hasta convertirse en nada, sino que estaremos siempre creciendo, viendo cosas mayores y mayores cada vez, hasta contemplar al mismo Gran Dios y no perderlo de vista nunca más. La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

Confía en mi!

diciembre 29

¡CONFÍA EN MÍ con cada fibra de tu ser! Lo que pueda lograr en y a través de ti es proporcional a cuánto dependas de mí. Un aspecto de esto es el grado de confianza que me tienes cuando se presenta una crisis o tienes que hacer una decisión especialmente grande. Algunas personas fallan lamentablemente en esto mientras otras enfrentan muy bien los tiempos difíciles. Otro aspecto es aun más contundente: la perseverancia de tu confianza en mí. La gente que confía en mí en medio de la adversidad tiende a olvidarme cuando la vida transcurre suavemente. Los tiempos difíciles pueden sacudirte para que estés consciente que me necesitas mientras que cuando la navegación es suave eso te puede inducir a caer en el letargo de la autosuficiencia.

Yo me preocupo tanto por tus pequeños pasos de confianza en la vida diaria como por tus dramáticos saltos de fe. Quizás pienses que nadie se da cuenta, pero yo, que siempre estoy a tu lado, me doy cuenta de cada cosa. Y me regocijo. Confiar, en forma consecuente, en mí es vital para prosperar en mi Presencia.

Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.

—Salmo 40.4

Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza. Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal?

—Salmo 56.3–4 (NVI)

Oh pueblo mío, confía en Dios en todo momento; dile lo que hay en tu corazón, porque él es nuestro refugio.

—Salmo 62.8 (NTV)

Él cuidará en perfecta paz a todos los que confían en él y cuyos pensamientos buscan a menudo al SEÑOR. Confíen siempre en el SEÑOR Dios, porque en el SEÑOR hay fortaleza eterna.

—Isaías 26.3-4 (NBD)

Jesus volverá!!

«Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.» Hechos 1: 11. Muchos están celebrando en este día la primera venida del Señor; volvamos nuestros pensamientos a la promesa de Su segunda venida. Esta es tan cierta como el primer advenimiento, y deriva de ella una gran medida de su certidumbre. Aquel que vino como un humilde hombre para servir, vendrá con seguridad para recibir la recompensa de Su servicio. Aquel que vino para sufrir no se demorará en venir para reinar. Esta es nuestra gloriosa esperanza, pues compartiremos Su gozo. Hoy nos encontramos en nuestra ocultación y humillación, de la misma manera que se encontró Él mientras estuvo aquí abajo; pero cuando Él venga, será nuestra manifestación al tiempo que será Su revelación. Los santos muertos vivirán en Su aparición. Los denigrados y los despreciados resplandecerán como el sol en el reino de Su Padre. Entonces los santos se mostrarán como reyes y sacerdotes, y los días de su lamentación habrán llegado a un término. El prolongado reposo y el esplendor inconcebible del reino del milenio serán una recompensa abundante para las épocas de testimonios y de guerras. ¡Oh, que el Señor venga! ¡Él viene! Él viene en camino y se aproxima rápidamente. ¡El sonido de Su llegada ha de ser como música para nuestros corazones! ¡Que tañan las campanas de la esperanza! La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

No te agobies!

diciembre 19

NO TE SIENTAS AGOBIADO por la confusión en tu vida: esa cantidad de pequeñas tareas por hacer en algún momento sin un orden determinado. Si dedicas demasiada atención a estas pequeñas cosas, tratando de quitártelas del camino vas a descubrir que son interminables y que te pueden consumir mucho más tiempo del que puedes dedicarles.

En lugar de tratar de hacer todo ese trabajo de una sola vez, escoge la que se requiere que atiendas hoy y las demás ponlas en el fondo de tu mente para que así yo pueda permanecer en el frente de tu conciencia. Recuerda que tu meta final es vivir cerca de mí y reaccionar a mis iniciativas. Podré comunicarme rápidamente contigo cuando tu mente esté despejada y haya regresado a concentrarse en mí. Busca mi rostro a lo largo de este día. Deja que mi Presencia traiga orden a tus pensamientos, poniendo paz en tu ser entero.

Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados.

—Proverbios 16.3

Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.

—Mateo 6.33 (NVI)

El deleite del Señor

Cuando los discípulos le dijeron a Jesús: “Señor, enséñanos a orar” (Lucas 11:1), era porque en realidad ellos querían aprender a orar de tal forma que le agradara. Así también, a muchos cristianos les encantaría ser fieles en la oración, pero no saben cómo. Debido a que ellos simplemente no comprenden el propósito vital de la oración, no mantienen una vida de oración significativa.

Muchos cristianos oran por obligación, pensando que es algo que se “debe” hacer. Otros oran solamente en tiempos de crisis o tragedia. Pero es importante entender que mientras que, por un lado, la oración es para nuestro propio beneficio, por otro lado, ¡también es para el deleite del Señor! Sin estos dos elementos, no tenemos el fundamento para edificar una vida de oración.

No solamente debemos interceder por las cosas que necesitamos, sino que debemos pedir por las cosas que Él desea. Y su deseo más profundo es pasar tiempo con nosotros, en intimidad y comunión.

“No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir…Mirad las aves del cielo…vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” (Mateo 6:25-26).

“Porque…vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (6:32-33, énfasis añadido).

Dios nos está diciendo: “Cuando vengas a mi presencia, enfoca tu atención en pasar tiempo conmigo, en llegar a conocerme. No dejes que tu enfoque sea en cosas materiales. Yo sé cuáles son tus necesidades; y Yo me encargaré de todas ellas. ¡Sólo búscame y disfrutemos de una dulce comunión!”

El tipo de oración que más le agrada a Dios es muy simple y fácil de entender; es tan simple, de hecho, que un niño pequeño puede orar en una manera que le agrade a Él.

Por David Wilkerson

Una segunda oportunidad

“Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.”

‭‭Jonás‬ ‭3:10‬ ‭RVR1960‬‬

http://bible.com/149/jon.3.10.rvr1960

Puede ser que te encuentres en medio del tumulto de la ciudad o en la quietud de la montaña, Su presencia será tu delicia y durante ese encuentro descubrirás que Su amor te brindará una nueva oportunidad.

Al igual que Jonás, descubrí que la presencia es mayor que las circunstancias. También aprendí que el corazón del hombre es el único muro que oscurece el resplandor de Su presencia. Pero también pude entender que para la dureza del alma, Dios tiene la medicina y es el quebrantamiento. Cuando estamos dispuestos a admitir nuestro error, la tibia presencia del Padre vuelve a revelarse en gracia hacia nosotros.

¿Quieres vivir más intensamente en la presencia de Dios? Entonces no rehúses ser confrontado con la verdad. ¿Anhelas subir a una dimensión más alta? Pues debes cruzar el estrecho puente que lleva al corazón a rendirse. ¿Estás quejándote de una “cárcel” de la quieres salir? ¿Por qué no escuchar Su tierna voz apuntando al secreto de tu corazón?

¿Estás huyendo a Tarsis? ¿Estás llorando porque no percibes a Dios? ¿No lo has oído? Está gritando en las olas y silbando en el viento. Su ojo te sigue y su alma te extraña. No te extrañes si de camino te sorprende Su Amor…

El ritual de los indios Cherokee

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Excelente ilustración para los hijos de Dios. Confianza absoluta en nuestro Padre Dios. El nunca nos dejará de su mano.