Jesús está a la puerta de tu vida


JESÚS ESTA A LA PUERTA DE TU VIDA
I.Texto Bíblico:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 21Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.  Apocalipsis 3:20
 II.Introducción: (mostrar imagen)
Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas, y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, reconocido artista. Llegado el momento, se tiró el paño que velaba el cuadro.
Hubo un caluroso aplauso.
Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta
de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si adentro de la casa alguien le respondía.
Todos admiraban aquella preciosa obra de arte. Un observador muy curioso, encontró una falla en el cuadro. La puerta no tenía cerradura.
Y fue a preguntar al artista:
_“¡Su puerta no tiene cerradura! ¿Cómo se hace para abrirla?“.
El pintor tomó su Biblia, buscó un versículo y le pidió al observador que lo leyera:
Apocalipsis 3, 20:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriré la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.”
_”Así es”, respondió el pintor. “Ésta es la puerta del corazón del hombre. Solo se abre por dentro.”
Abramos nuestro corazón al amor, a DIOS.
  
III.Desarrollo:
A.      Una de las cosas que más aprecio en mi casa es la puerta.  Esa puerta es símbolo de autoridad y de firmeza.  Le abro la puerta a quién yo deseo que entre y la cierro firmemente si encuentro que en el lado exterior de mi casa hay algo que me amenaza a mi y a mi familia.  He aquí yo estoy a la puerta y llamo: Jesús reconoce el libre albedrio del hombre. La casa de una persona es su dominio; allí tiene control. Si alguien quiere entrar en nuestra casa, tiene que pedir permiso (tiene que llamar y esperar a que se le conceda la entrada). Jesús quiere entrar en nuestra casa, pero no se impone sobre nosotros. No se introduce a la fuerza, sino que respeta el derecho y la libertad del hombre de rehusarle entrada. La cerradura la tienes tú en tu mano, la decisión es tuya.  Por ello el Señor, queriendo hablar de intimidad dice que está tocando la puerta y si alguien oye su voz y le abre, entonces él entrará. Yo quiero hoy darle la oportunidad para que entre a mi vida.
Yo me pregunto, a quién has abierto esa puerta desde tu juventud? Quizás le has abierto la puerta al enemigo, quien ha entrado llevándote en algún momento al ocultismo (tarot, lectura de manos, adivinación, curanderos, etc.) Quizás por situaciones en nuestras vidas le has abierto la puerta al odio, al rencor, a la gritería, al adulterio…Pero Dios desea que abras la puerta a su persona.
B.      ¿Por qué quiere entrar?
Él quiere entrar a restaurar tu vida y a echar puerta afuera todo ese bagaje que hemos tenido acumulado por años en nuestro corazón. Él quiere restaurar la comunión con el hombre, aquella comunión que se quebrantó en el Huerto del Edén….
Él quiere ofrecerte enseñanza. En Lucas 10:38-42 vemos como Jesús llega a la casa de tres hermanos, Lázaro, María y Marta y estando allí Jesús enseñaba y María estaba siempre a sus pies…escuchando, dejándose enseñar por la palabra del Maestro. Sin embargo, Marta estaba en otros quehaceres…Cuando abrimos a la puerta y Jesús entra El nos enseña.  El Señor te ofrece entendimiento.
Te ofrece el perdón, la salvación, el descanso para el alma. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28
Jesús dijo, Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa. Lucas 19:9
Ofrece toda bendición espiritual, Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, Ef. 1:3 una de las cuales es la comunión en las cosas de Dios.
Nos hace partícipes  de la naturaleza divina. por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina” 2 Pedro 1:4
Y desde luego, nos ofrece la esperanza de la vida eternaY esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna. 1 Juan 2:25
C.      El peligro de no abrir la puerta:
a.       Jesús llamó a la puerta de los judíos y no abrieron.  Por lo tanto, hubo una sentencia.  Leer Mateo 11:20-24
b.      Jesús llamó a la puerta de Félix y de Agripa pero no le abrieron.  Lo dejaron afuera.
5Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré. Hechos 24:25
“Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano” Hechos 26:28
c.       Jesús tocó a la puerta del joven rico pero las riquezas no le dejaron abrir la puerta al Maestro. Igualmente con Judas, camino por tres años con el Maestro pero nunca abrió su corazón, la ambición se lo impidió y su fin fue la muerte eterna.
d.      La Sulamita no le abrió. Yo dormía, pero mi corazón velaba.
Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche. Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar? Mi amado metió su mano por la ventanilla, Y mi corazón se conmovió dentro de mí. Yo me levanté para abrir a mi amado, Y mis manos gotearon mirra, Y mis dedos mirra, que corría Sobre la manecilla del cerrojo. Abrí yo a mi amado; Pero mi amado se había ido, había ya pasado; Y tras su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo hallé; Lo llamé, y no me respondió. Cantares 5
a.       En el día final estos llamarán a la puerta del Señor, pero será muy tarde. Será en vano llamar. Ej. Las diez vírgenes  Mateo 25
D.      Si oyereis hoy su voz:
Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.  Isaias 55:6
“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón.”
Ahora Él está aquí, Él está a la puerta, porque usted está aquí oyendo su Palabra pero seguirá escuchándola mañana o pasado mañana? La vida sigue en marcha, muchas cosas pasan de un día para otro. Las cosas cambian. El corazón cambia.
 “Engañoso es el corazón más que todas las cosas y perverso, quien lo conocerá?” Jeremias 17:9
IV.CONCLUSIÓN
·       ¿Cómo están las puertas de tu corazón, tu mente y tus manos?
·       ¿Cuáles son los cerrojos que impiden que se abran por completo?
·       ¿Cómo puedes abrir estas puertas al Señor?
Cuál es tu deseo hoy? Anhela las cosas celestiales o está meramente embriagado por las terrenales?  Anhela usted disfrutar la doctrina alta del amor de Dios?  Desea hoy libertad y una comunión más cercana con el Señor?  Aspira conocer las medidas del amor divino en su altura, anchura, profundidad y altura?  Entonces usted es candidato para oír la voz del Señor y el toque suave de su mano sobre la puerta de su corazón.
Cuando el toca al corazón es porque desea una estrecha comunión con nosotros y quiere compartir la unción del santo.  Él tiene todas las llaves de las cámaras secretas de Dios y sin embargo no va a entrar en tu corazón a menos que tu mismo le abras la puerta.
Se que él hará de mi corazón su residencia permanente, con él llega la provisión del espíritu , él vendrá con el amor que siempre he anhelado sentir, él vendrá con el vino nuevo y las manzanas dulces de amor y traerá el aliento y salud que necesito en medio de mi enfermedad.  Cuando yo le abra la puerta él no solo entrará sino que él dejará afuera los enemigos.  Oh amor tan sin igual que trae tal invitado.  Hoy quiero abrir esa puerta y dejarlo entrar y nunca, nunca más dejarle ir.
Para que dejarle ir, si ya  he vivido muchos años solo.  Otros han tocado la puerta y yo la he abierto y los he invitado a seguir, pero desde el mismo momento que abrí la puerta me dejaron un hondo sabor amargo en espíritu.  No tenían nada que ofrecerme.  Invité al Señor religión, al señor filosofía, al señor éxito, a la señorita vanidad, a doña orgullo y a don gruñón y nada me dejaron….Cómo no he de invitar al Señor Jesús. Si en él encuentro gozo y felicidad, verdadero amor y profunda ternura?
Oración:

Señor,  Sé que tocas la puerta de mi corazón y quieres entrar, no te quiero dejar fuera.  Te necesito y anhelo que toques mi vida y me llenes de tu amor y bondad.  Tú prometes entrar en mi ser y que más anhelo yo si no es eso.  Tu presencia es importante y maravillosa.  La puerta de mi corazón cede ante la insistente y amorosa persuasión de tu Espíritu.  Ven Señor Jesús. Amén.

Al caer el sol…

 
Quizás el momento de mayor reflexión es aquel en nuestra vida cuando se llega al final. Muchas veces cuando nuestros hijos han crecido, nos decimos: debí de haber hecho esto o debí de haber hecho aquello.  Otros cuando ya no tienen más a su esposo o su esposa, lamentan lo que no fue.  Y así es al final de una jornada de trabajo, al final de algún proyecto, o al regreso de un largo viaje. Lo común es que al terminar el día, cuando baja el sol y el cansancio nos da testimonio de lo trabajado, reflexionamos en como lo pudimos haber hecho mejor, en otras palabras, siempre hubo espacio para hacerlo mejor.

Jesús tuvo esa tarde.  Allí, con sus discípulos, se preparaba a
compartir la ultima cena, y tomo su tiempo para mirarlos uno por uno.  A uno de ellos vio que habiéndole dado todo por él, todo no fue suficiente y por unas 30 monedas lo traicionaba.  Pero quizás, su reflexión mayor vino cuando se ciño una toalla y comenzó a lavarle los pies a cada uno de ellos.

Quizás se debió de haber dicho así mismo, como les puedo explicar, como les puedo insistir en que la grandeza no se encuentra en ser el mayor. Muchas veces lo había enseñado, lo había explicado con palabras llenas de sabiduría.  Pero al llegar la tarde todavía seguían sin entender.  Ya se acaba el tiempo, llegaba la hora del sacrificio, pero su amor todavía seguía fluyendo, se desbordaba.  Comenzó a lavarles sus pies, te imaginas, sus manos cuidando de ellos con la intensidad de un amor que lo daba todo.  

Faltaban pocos minutos para que sus pies, los de Jesús, fueran atravesados por clavos de acero, pero el ahora se ocupaba de lavar con la ternura de un padre los pies de aquellos que le habían seguido. Y aun así, aun cuando no era el agua la que fluía, sino una enseñanza tan grande, ellos seguían sin entender. No entendían que era el final de una tarde.  Que ya no habría otra cena con Jesús, que eran minutos de sentimientos únicos.

Juan 13:13-15 (Nueva Versión Internacional)

13 Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy.14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros.15 Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes.

Tomemos un tiempo al caer el sol para reflexionar sobre las sabías enseñanzas del Maestro…¿estaremos aún como los discípulos, sin entender las Palabras de Jesús? Abre tú corazón y Él te enseñará

HABITAR EN EL

“El Señor ha escogido a Sión, el lugar que Él quiso para habitación. Este es mi lugar de reposo para siempre; aquí yo moraré, pues la he deseado.” Salmo 132:13-14
Que bella promesa! El Señor Dios, que se llama a sí mismo Esposo de su pueblo escogido, proclama esas bellas palabras. Aquí Jesús hace la misma promesa cuando dice a su amada esposa, el alma que le ama: “Al que me ama, mi Padre le amará…”; vendremos a él y haremos con él morada” Juan 14:23
El Señor está buscando un lugar, un corazón donde habitar, un alma donde pueda hacer morada.
En Juan 14 Jesús nos dice que Él quiere morar en el alma que le ama. Es el amor lo que le atrae y le lleva a morar en tal corazón. ¡Que maravilloso propósito! Es el amor lo que le mantiene allí. Este amor no es de sentimientos, sino de una unidad de voluntad con El. Esto significa que nuestros corazones deben estar constantemente inclinados a Él. Es el amor decidido y dedicado. Por tanto, es un amor que nos une estrechamente a Él.
Sin embargo, podemos desasirnos de aquel que se inclina hacia nosotros y esto puede dar como resultado el que Él se aparte de nosotros. Él vive sólo en los corazones que le aman; es allí donde dice que desea habitar.
Amarle significa darle el primer lugar. Significa que Él es nuestro más alto bien. Nuestros corazones están, de un modo general, inclinados hacia Él; pero debemos velar y estar muy alerta, no sea que los placeres y goces de este mundo nos venzan.
La cámara más reservada de nuestro corazón es el lugar donde El habita y ninguna de las cosas que nos interesan debemos permitir que penetren en este santuario donde Él vive y reina.
Debe ser un lugar inviolable ante todo lo que podría estorbarnos. Debe permanecer en paz, porque el que vive allí es paz en Sí mismo.
Toda verdadera esposa de Jesús debe hacer de su corazón un santuario. Su mayor gozo es que Él ha prometido morar en los corazones de lo que le aman.
Él no quiere dejar que seamos gobernados por nuestras tribulaciones, cuidados, temores; ni por las cosas de este mundo. Él no quiere que seamos como la Iglesia de Éfeso.
“Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
 4 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.”

Si queremos habitar en El, nuestra prioridad debe ser amarle antes que todo. Esta Iglesia de Éfeso tenía cualquier cantidad de cualidades, paciente, arduo trabajo, etc. pero para que todo eso si había dejado a un lado “el habitar con su Amado”.

Hoy Dios está tocando y llamando al corazón del hombre. Sólo tú puedes abrir desde adentro e invitarle para que habite dentro de tú vida. ¡Ábrele tú corazón!

LAS CUATRO LEYES ESPIRITUALES QUE TODO HOMBRE DEBE CONOCER




“Así como hay leyes que rigen el Universo, también hay leyes espirituales 

que rigen nuestra relación con Dios.»

La primera de las Cuatro Leyes Espirituales es “Dios le ama y tiene un plan maravilloso para su vida”. Juan 3:16 nos dice, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 10:10 nos da la razón por la que vino Jesús. “He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. ¿Qué nos impide experimentar el amor de Dios? ¿Qué nos impide tener una vida abundante?


La segunda de las Cuatro Leyes Espirituales es, “La humanidad está contaminada por el pecado, y por tanto está separada de Dios. Como resultado, no podemos conocer el maravilloso plan de Dios para nuestras vidas”. Romanos 3:23 afirma esta información, “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Romanos 6:23 nos da las consecuencias del pecado, “Porque la paga del pecado es muerte”. Dios nos creó para que tuviésemos compañerismo con Él. Sin embargo, la humanidad trajo el pecado al mundo, y por tanto, está separada de Dios. Hemos arruinado la relación que Dios quería que tuviéramos con El. ¿Cuál es la solución?



La tercera de las Cuatro Leyes Espirituales es, “Jesucristo es la única provisión de Dios para nuestro pecado. A través de Jesucristo, podemos tener nuestros pecados perdonados y restaurar una verdadera relación con Dios”. Romanos 5:8 nos dice, “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. 1ª Corintios 15:3-4 nos informa lo que necesitamos saber y creer para ser salvos, “…que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras, y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras…” En Juan 14:6, Jesús mismo declara que Él es el único camino a la salvación, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. ¿Cómo puedo recibir este maravilloso don de la salvación?



La cuarta de las Cuatro Leyes Espirituales es, “Debemos poner nuestra fe en Jesucristo como Salvador, a fin de recibir el don de la salvación y conocer el maravilloso plan de Dios para nuestras vidas”. Juan 1:12 describe esto para nosotros, “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Hechos 16:31 lo dice muy claro, “¡Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo!” Podemos ser salvos solamente por gracia, solamente a través de la fe, y solamente en Jesucristo (Efesios 2:8-9).



Si usted quiere confiar en Jesús como su Salvador, dígale a Dios las siguientes palabras. ¡Decir estas palabras no le va a salvar, pero sí, el confiar en Cristo! Esta oración es simplemente una manera de expresar a Dios su fe en Él, y agradecerle por proveerle su salvación. Usted puede repetir esta oración ahora – “Dios, sé que he pecado contra ti y merezco castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, y a través de la fe en Él yo puedo ser perdonado. Me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para la salvación. ¡Gracias por Tu maravillosa gracia y perdón – el don de la vida eterna! En el nombre de Jesús, ¡Amén!”


UNA RELACIÓN CON CRISTO


«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; y no por obras, para que nadie se gloríe.» Efesios 2:8,9

La decisión que tomamos de seguir a Cristo, fue la más importante de nuestras vidas. Nacimos de nuevo no porque dijimos las palabras correctas, ni porque tuvimos una experiencia espiritual maravillosa; sino por lo que hizo Cristo. Somos parte de la familia de Dios por su gracia, no por lo que hacemos.

Y decía a todos, » si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.» Lucas 9:23

Ahora eres un seguidor de Cristo. Lucas 9:23 nos enseña cómo seguirle a Él.

Seguir a Cristo significa confesar a Cristo y, al mismo tiempo, negarse a uno mismo. Como seguidores de Cristo, tomamos la decisión radical de rendirnos totalmente a la voluntad de Cristo y de no oponer su derecho soberano sobre nuestra vida. Es decir «no» a uno mismo y «sí» a Cristo siempre. La frase «tomar la cruz» intensifica la idea de no volver atrás. El reo llevaba su cruz hacia la muerte; de igual manera, tenemos que crucificar los deseos de la carne y vivir totalmente para Cristo y dejar que El indique el camino; en fin, significa que seamos como El es. El llamado al discipulado incluye el morir a uno mismo y la obediencia total a Cristo.
Nuestra vida debe ser de relación y no de religión.

El Discipulado (INSTE)

LA BASE BÍBLICA DEL DISCIPULADO



Cuando Jesucristo envió a sus seguidores a hacer discípulos, los doce entendían perfectamente bien lo que tenían que hacer, porque habían sido entrenados durante aproximadamente tres años por el Señor. Si queremos entender de que trata la gran comisión («haced discípulos»), tenemos que ir a la fuente, o sea, ver cómo Jesucristo lo hizo. 

Si analizamos la palabra discípulo (griego mathetes) nos damos cuenta que está palabra aparece más de doscientas veces en los primeros cinco libros del Nuevo Testamento. Algunas cosas saltan a la vista:
  1.  Notamos la importancia de las relaciones en el proceso de hacer discípulos,
  2. acompañado por el énfasis puesto en la instrucción, tanto verbal como a través de la vida compartida del Maestro con sus discípulos.
  3. También observamos el compromiso requerido por Jesucristo de sus discípulos
  4.  y a la misma vez, las señales que marcan el discípulo verdadero de Cristo.
Al final de su ministerio terrenal, Jesús comisionó a sus discípulos para hacer exactamente lo que Él había hecho.
Dios está deseoso que no solo seamos miembros de «x» iglesia o denominación, sino que seamos discípulos comprometidos de Jesucristo. Debe haber una relación entre Maestro y discípulo, una relación íntima con nuestro Señor Jesucristo. Una relación donde seamos receptivos a su sabia enseñanza y nos comprometamos en su obra para que el mundo pueda ver las señales de Cristo en nuestras vidas.
continúa…
(Manual El Discipulado, INSTE)

VUELVE A CASA

Lucas 15:24

Porque este mi hijo muerto era y ha revivido; se había perdido y es hallado.


Había una vez una viuda, que vivía con su hijo en un miserable desván. Años atrás, la mujer se había casado en contra de la voluntad de sus padres y se marchó a vivir con su esposo en un lejano país.

Su esposo fue un hombre infiel e irresponsable y después de varios años, murió son haber hecho provisión alguna para ella y su hijo. Con gran dificultad, logró hacer frente a las necesidades básicas de la vida.

Los momentos más felices en la vida del niño, fueron cuando la madre lo tomaba en sus brazos y le contaba sobre la casa de su abuelo en el antiguo país. Ella le hablaba sobre el césped verde, los elevados árboles, las flores silvestres, las hermosas pinturas y las deliciosas cenas.

El chico nunca había visto la casa de su abuelo, pero para él, era el lugar más hermoso en todo el mundo. Anhelaba la llegada del momento, en que iría a vivir allí.

Cierto día, el cartero tocó a la puerta del desván. La madre reconoció la escritura en el sobre y con dedos temblorosos lo abrió. En su interior había un cheque y una hoja de papel en la que podía leerse solo tres palabras: «Vuelve a casa».

Igual que este padre y el hijo pródigo, nuestro Padre celestial extiende sus brazos y nos recibe otra vez, en aquel lugar de descanso y restauración espiritual, al final de un día agotador.

Dios no nos pide que nos preparemos a recibir el castigo por los fracasos del día. Él tan solo nos da la bienvenida a su  sanadora presencia, como hijos redimidos por la sangre de su propio Hijo. Es allí, donde Él nos asegura que comprende nuestros dolores, fracasos y nos concede el milagro de milagros: continúa amándonos.

El Padre, te extiende un llamado para que regreses a casa. ¿Por qué no concluyes tu día, en la comodidad y provisión de su presencia?


APRENDER A OBEDECER (Por Rosario Jácome)

Esta meditación fue la enseñanza del domingo 5 de mayo en la Iglesia Gosén, Guadalupe, San José, Costa Rica

1 Pedro 1:2
“…elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer…” 
Desde el Huerto del Edén hasta nuestros días hemos sido probados para obedecer. Pero ahí mismo en aquel bello Jardín se ejecuta la primera desobediencia del hombre ante su Creador y el pecado (fruto de la desobediencia) se hace parte de la naturaleza caída del hombre y este nos separa de Dios. Por tal motivo una y otra vez a través de las sagradas escrituras somos exhortados a tener una vida de obediencia, de sometimiento, es por eso que el mismo Señor Jesucristo abrió su boca y dijo “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.” Lucas 9:23.
Sí no hay una entrega completa, un negarse a nuestros deseos y viejos hábitos, si no tomamos esa cruz cada día y seguimos las pisadas del Maestro, nuestras vidas se verán envejecidas por las arrugas del pecado.
Todo inicia con la Salvación. Es reconocerle como el Señor de nuestras vidas. Él no se impone, él dice, “si alguno quiere venir en pos de mí”, el no exige, el no amenaza, el solo te da la oportunidad de obedecerle. Él es la puerta para obedecer.
“…si alguno quiere venir…correr, apresurarse en pos de Él. En el Salmo 42 podemos ver al Salmista en una desesperación por llegar a las aguas y sumergirse en ellas:
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;”
Sí tú no tienes ese deseo por obedecer, ese deseo como el ciervo por sumergirse en las aguas, en su palabra, hoy puedes clamar al Señor para que El ponga en ti el deseo por obedecerle.
“…niéguese a sí mismo…” negación al “yo”, rendición completa a Él. Job dijo, “de oídas te había oído pero ahora mis ojos te ven”. Hasta que la venda es quitada, hasta que no le veamos no nos podemos despojar de nosotros mismos.
“…tome su cruz cada día…” Entre más le seguimos, más le conocemos, más le obedecemos y más le amamos.   Esto se llama, obediencia por amor.
A continuación veremos a dos personajes bíblicos que nos ejemplifican vidas obedientes y vidas desobedientes.
El primero de ellos es Saúl, por lo que mencionaré algunas características de este varón:
1.       Era obediente a sus padres. Andaba buscando unas mulas que se habían perdido de su casa.
2.       Fue ungido. 1 Samuel 10:1
3.       Dios le mudó (cambió) su corazón 1 Samuel 10:9
4.       Profetizó 1 Samuel 10:10
5.       Dios estaba con él. 1 Samuel 10:7
6.       Era un hombre prudente. 1 Samuel 10:27
Pero así como todos los grandes de la Biblia, la prueba llega a la vida de Saúl y ahí en la prueba es donde se sabe de qué está hecho el hombre. 1 Samuel 13:8 viene la guerra contra los filisteos y Saúl debe “esperar”.  La clave de la obediencia es “esperar”.
Hoy en día nos movemos en una época rápida,  evangelio rápido y ligero, nadie quiere esperar, todo es ya. Sin embargo, las consecuencias de no saber esperar son muchas. Fracasamos por no esperar, por abrir la boca cuando no tenemos que hacerlo, tomamos decisiones rápidas y sin meditar, tomamos las situaciones en nuestras manos y no consultamos con nuestro Dios. Así mismo le sucedió a Saúl, espero siete días y al final tomó algo que no le correspondía (1Samuel 13:8) y lo peor es que no reconoce que es su culpa si no que culpa al pueblo, como Adán culpó a Eva. No nos hacemos responsables por los errores que cometemos si no que queremos culpar a todos los que nos rodean.
Lamentablemente Saúl nunca reconoció su desobediencia y tuvo un fin muy malo. Su pecado no sólo le afectó a él sino también a su descendencia.
El otro personaje se trata de José. Este varón se aferró a la obediencia desde niño. Fue el preferido por su padre pero el rechazado por sus hermanos. José es tipo de Cristo. Fue acusado injustamente. Sin embargo tuvo el libre albedrío y escogió la obediencia. (Gn. 50:20)
Este es el contraste do dos vidas, el que obedeció y el que no lo hizo.
“Porque no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que los saqué de la tierra de Egipto. Más esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien.” Jeremías 7:22
¿Cuál es la recompensa de la obediencia?
“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.” Juan 14:21 
La recompensa es la revelación de su Palabra, su manifestación en nuestras vidas. ¡Aleluya!
Que al final de nuestros días podamos decir como Pablo,
“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 
4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” 2 Timoteo 4:7
Seamos hombres y mujeres que nos podamos someter a su santa voluntad, siendo fieles y obedientes a nuestro Señor Jesucristo.

TIEMPOS DE PRUEBA

I.TEXTOS: 

Santiago 1:1- 4,12       
Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
12Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.


 II.INTRODUCCIÓN:


¿Estuvo alguna vez en disciplina? Queremos acercarnos a Dios y parece que no podemos, que Dios oculta su rostro. Pueden ser muchas situaciones: Ej. El deportista fuera de juego por conducta indisciplinada o por lesión. Tal vez una bancarrota, una relación inmoral del pasado que sigue interponiéndose, fue despedido injustamente, etc. usted siente que está en disciplina!

Moisés pasó 40 años en casa de Faraón, 40 años guiando al pueblo en el desierto pero  40 años en el desierto en disciplina por homicidio sería su campo de entrenamiento para las cosas más grandes.  Más adelante se acercaría a Dios pero eso tomaría tiempo.

Esteban nos dice acerca de Moisés que Hechos 7:22 él había estudiado matemáticas, jeroglíficos, astronomía, química. Como hijo de la hija de Faraón disfruto su posición de celebridad y tuvo todo el lujo pensado. Josefo dice que los etíopes invadieron Egipto y Moisés venció y regresó victorioso.

Aunque fue educado como egipcio seguía sintiéndose como israelita en su corazón. Cuando vio a sus hermanos haciendo ladrillos bajo el sol ardiente  sintió gran dolor en su corazón y daba grandes caminatas entre los hebreos para ver cómo era tratado su pueblo. Sabía que estaba siendo llamado a ser su libertador, su madre le había contado como Dios le había preservado en aquella canasta en el río.  Aún más sintió la necesidad de liderar y que su vida no terminaría en el palacio.  Él podía argumentar que podía hacer más desde palacio, convenciendo al faraón, etc. que yéndose con ellos a los campos, pero en su corazón palpitaba el unirse a ellos.

Hebreos 11:24-26
Moisés renunció a grandes riquezas, dejo el palacio y fue al desierto. Renunció al honor y al respeto.  Hubiese subido al mismo trono de Faraón pero decidió decir no. Moisés dijo no a lo que cualquier persona hubiese dicho sí.

Así, olvidó quien era y en un momento de ira mata al egipcio sorpresivamente. Éxodo 2:12-14
Hechos 7:25 lo que más le dolió fue el desprecio de su propio pueblo.

Faraón se sintió traicionado y lo quiso matar por lo que Moisés se va al desierto.  Huyo y se sintió traicionado por su pueblo y hasta por Dios.  Hebreos 11:24

III.DESARROLLO:

A. Significado de prueba, tentación:
En esta mañana encontramos en Santiago la palabra, «tentación.» En el v.2 leemos «Hermanos míos, tener por sumo gozo cuando os halléis en diversas tentaciones.» Yo creo que la mayoría de ustedes tienen la palabra «pruebas»en su Biblia, y es el significado correcto. Es una prueba que viene con el objeto de fortalecer y purificar la fe. Pero aquí en vv. 2 y 12 vemos que los cristianos han de enfrentarse con la prueba en el sentido de examen o una experiencia de prueba con el propósito de fortalecer su alma y purificar su vida.

B. El gozo en la prueba:
En el verso 2, Santiago nos habla acerca de la santidad que debemos tener ante esa experiencia de prueba. Hay dos palabras que sobresalen aquí: «tener por sumo gozo» y «diversas.» Todos nosotros conocemos por nuestra propia experiencia las numerosas y diversas clases de pruebas que nos han confrontado, y por las cuales seremos confrontados. Estas pruebas vienen en forma de enfermedades, tristeza por la pérdida de un ser querido, reversas económicas, el traición de un amigo o miembro de nuestra familia, etc.

Santiago hace la extraña afirmación de que el cristiano ha de tener por sumo gozo, o considerar motivo de grandes alegrías el enfrentarse con todas esas clases de pruebas. Claro que el sentido común nos dice que no se está refiriendo a gozarse en el momento en que se está afrontando la prueba. Nadie, que está en su sano juicio, se alegra porque tiene cáncer. Sería difícil sentirse feliz cuando un amigo le traiciona, o un miembro de la familia está manchando su buen nombre. Es imposible que una persona esté lleno de júbilo a la muerte de un ser querido, y las reversas económicas nunca son causa de gran gozo.

Entonces preguntamos, ¿Qué quiere decir Santiago cuando dice que debemos considerar motivo de gran gozo vernos envueltos en toda clase de prueba? Acaso creen uds. Que Moisés se sentía invadido de gozo cuando mató al egipcio, que se reía a carcajadas cuando tuvo que abandonar toda su vida en palacio y aún más abandonar a su pueblo esclavo y sufriente?

Yo creo que podemos explicarlo, en parte, con la crucifixión de Cristo. Claro que el tormento de la cruz no fue para el Maestro un motivo de alegría. Hebreos 12:2 nos dice, «por el gozo puesto delante de El (Cristo), el sufrió la cruz, menospreciando el oprobio…» La vergüenza y experiencia física fueron terribles. Sufrió en agonía. Pero, su alegría en la experiencia se encontró en su capacidad de mirar hacia el futuro y comprender lo que se llevaría a cabo por medio de esa crucifixión. Y que se llevaría a cabo sino la salvación de la humanidad, Amén. Y volviendo a Moisés,
H/ Usted mira más allá de la prueba, más allá del dolor, a sus efectos. Usted mira al propósito de ese tiempo de prueba en su vida, la meta de la madurez espiritual. Ahí está la fuente del gozo. En la medida en que se fortalece, será menos probable que ceda ante la tentación y menos probable que titubee en su fe. ¿No desea eso? Si es así bienvenidas esas pruebas que lo harán más fuerte.
Se le preguntó a un escultor ¿cómo tallas a un elefante? A lo que respondió, simplemente tomo un bloque de mármol y cincelo todo aquello que no es elefante. H/ cuando Dios nos escoge moldea y corta todo lo que este interfiriendo en el camino de nuestros  servicio para él. Su enfoque no está en aquello que hacemos sino aquello que somos en lo recóndito del alma. Su prioridad es moldear nuestro carácter. Las personas, circunstancias y las luchas invisibles para otros se convierten en el cincel con el cual nos forma según su deseo. Dios quita todo aquello que no sea semejante a Cristo. El proceso no termina en esta vida.
 C. ¿Por qué le sucedió todo esto a Moisés y a nosotros?

  • Moisés sería transformado en el desierto lentamente.
  • Tendría tiempo que sus heridas sanarán.
  • Tendría tiempo para conocer a Dios.
  • Sería confrontado por su Dios.
  • Dios llegaría a ser el Maestro de Moisés, lejos de los lujosos adornos y del poder.
  • Su corazón sería preparado para conocer al todopoderoso y posteriormente se acercaría a El más de lo que cualquier hombre lo hubiese podido hacer aquí en la tierra.
  • Dios usaría el desierto para enseñarle lo que en palacio nunca le hubiese podido enseñar. Se educó en la corte del rey pero su sabiduría y su carácter serían forjados
  • Lo que para Moisés significaba el término de su carrera realmente era el inicio de la carrera de uno de los personajes más importantes de la tierra.
  • Conocería al Dios de la segunda oportunidad

La victoria es nuestra, hermanos. Tengamos fe y pongamos en práctica los mandatos de Dios.

  
D. La Paciencia:
H/ Así mismo, como Moisés, nosotros también tenemos que pensar del futuro. ¿Para qué vino esta experiencia a mi vida? ¿Cómo lo puedo tornar al bien? Santiago añade algo muy importante en el v. 3 «sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.»

Vemos que una actitud correcta de parte de nosotros al enfrentarnos a la tentación, producirá la virtud de la paciencia. Pablo en Romanos 5:3 dice lo mismo, «La tribulación produce paciencia. Y, hermanos, la paciencia no solo es la capacidad de soportad las pruebas y las cosas difíciles que nos inunden; es la capacidad para transformarlas en grandeza y gloria. Yo creo que la prueba más grande que nos podría enfrentar sería morir por la causa de Cristo, o sea, llegar a ser mártir. Según entiendo yo, lo que más sorprendía a los paganos durante los años cuando perseguían a los cristianos era que los mártires cristianos no morían atemorizados, sino que morían cantando.

E. Además de la paciencia, la prueba tiene muchos propósitos:
¿Podemos hacer nosotros menos que ellos, hermanos? ¿Por qué nos quejamos? ¿Por qué nos rebelamos? Las pruebas que nos sobrevienen, son para un solo propósito:
1.      Llevarnos más cerca a Dios. Esta palabra, paciencia, también significa constancia. Otra traducción de este verso lee así, «sabiendo que la prueba de vuestra fe produce constancia.» Oh, sí, estas pruebas nos limpian. La prueba es una refinería que quita el pecado y nos hace perfectos, o maduros, en la fe. V.4 dice: «Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.» Los árboles más fuertes son aquellos que sufren los golpes del viento día tras día y sus raíces crecen hasta lo más profundo de la tierra para soportar los tormentos. Así aumenta nuestra fe. Las pruebas nos vienen y buscamos auxilio en Cristo. Él es la roca y con su poder vencemos y nos hace fuerte.
2.      Llevarnos a la perfección: En los vv. 4 y 12 Santiago menciona los resultados que se llevan a cabo en la vida del cristiano que posee la virtud de la paciencia y la constancia. Él nos dice que tal persona será perfecta. Es obvio que no quiere decir que llegará a ser sin pecado en el mundo. Lo que si quiere decir es que será una persona madura. El cristiano que pone en práctica la virtud de la paciencia y constancia se convierte en una persona madura en Cristo Jesús.
3.      También el cristiano debe ser completo, lo que tiene que ver con nuestra actitud para el servicio cristiano. Es decir, hemos hecho caso a las normas de Dios y hemos cumplido los requisitos de un fiel siervo de Dios. Según Santiago, el cristiano que perfecciona su trabajo por medio de la paciencia no será derrotado. Experimentará una vida victoriosa. No será una persona amargada, ni pesimista, sino que será una persona entusiasta en la cosas del Señor y en la vida diaria. Estará ansioso para llevar acabo la tarea que Dios le ha indicado para hacer. Y, este cristiano tendrá la completa seguridad de que recibirá la corona de vida que el Señor ha prometido a los que le aman como dice el versículo 12.
4.      Sí, hermanos, la prueba que nos enseña la paciencia, nos trae una gloriosa recompensa porque «el que es aprobado recibe la corona de vida.» Según la Biblia hay una gran recompensa para el que gana almas; hay una recompensa para el pastor y el obrero cristiano. Pero, hay también un premio especial para el hombre y la mujer, que, quizá no ha ganado ni una sola alma o no tiene a su crédito grandes servicios, pero se ha mantenido firme en el lugar difícil, ha guardado su sonrisa en medio de la injusticia y frente la tentación, ha permanecido puro frente a las atracciones del mundo y ha resistido en el día malo. Oh, sí, hermanos, habrá premio grande para la persona paciente. Dios está preparando coronas para las vidas quietas, para los sufridos y martirizados, para las víctimas de la opresión y de la injusticia, para los que han sufrido en silencio la prueba por la causa de Cristo. Así que, mi hermano o hermana, ten ánimo. Algún día te maravillarás del brillo de tu corona.
5.      El conflicto de la prueba nos forma, nos fortalece, nos establece. Es necesario que estemos bien fundados para que algún día seamos aprobados y premiado.
6.      Uno de los más importantes resultados de las pruebas es que muestran lo más profundo de nuestro corazón. Es decir, nos revela a nosotros mismos, demuestra nuestro carácter. Hasta que viene la tentación y la prueba nos sentimos fuertes y confiados, pero cuando ese filo agudo de la prueba ha atravesado nuestra alma, tenemos menos confianza en nuestra propia suficiencia. Nos llegamos a sentir humillado, pobre, e impotentes. Y eso es lo mejor que nos puede pasar. Dios quiere hacernos ver lo débil que somos en nuestras propias fuerzas; es entonces cuando él puede fortalecernos porque dejamos de confiar en la carne, y, por fe, confiamos en la ayuda de Dios mismo.
Nos damos cuenta que necesitamos someternos a Dios y encontrar refugio en su poder. Pablo nos dice en 1 Corintios 10:13 que Dios «proveerá juntamente con la tentación, o la prueba, la manera de escape, para que podamos soportar.» Esa salida es Cristo Jesús. Él es nuestra salvaguarda; él es nuestro escudo – hay que escondernos tras su gran poder.
“Todo lo puedo en Cristo,» fue el testimonio de Pablo y debe ser el nuestro también. Y si hemos tenido mucho conflicto en nuestras vidas, hay que darle las gracias a Dios porque esas pruebas nos han mostrado nuestra insuficiencia y el gran poder de Dios, y también, hermanos, nos ha enseñado a ser comprensivos para con otros.

7.    Nos hace ejercer nuestra fe. Nos enseña orar. Nos muestra los recursos de Cristo y las promesas de Dios. Nos enseña a andar conforme al Espíritu Santo y encontrar nuestra suficiencia en El.
8.    La prueba te lleva a escalar niveles:
 Cada vez que Dios te quiera llevar a un nuevo nivel de vida tendrás que atravesar pruebas. Las pruebas no son opcionales; son mandatarias. Ellas son las que forman tu carácter, personalidad y forma de ser. No te puedes rendir ante una prueba, Debes rendirte ante el Dios que te puso esa prueba. Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro. Job 23:10
Dios estaba tratando de llevar a Job a un nivel de vida mucho más superior que el que había vivido pero para ello tenía que ser probado, y la forma a través de la cual Dios lo hizo fue quitándole todo y dejándolo prácticamente sin nada. ¿Será que la prueba que estás pasando es el fin de todo? o simplemente el comienzo de una nueva etapa a la que Dios te está llevando?
 F. ¿Cuánto dura la prueba?
Quien prolonga o disminuye el tiempo de prueba somos nosotros, es decir, si eres sensible y no te cuesta aprender provocarás a Dios para pasarte al siguiente nivel pero, si por el contrario eres duro e inflexible a lo que Dios te está tratando de hacer entender extenderás ese tiempo tal vez a meses o años.
  
IV.CONCLUSIÓN:

Y cada victoria es un nuevo aliento para el próximo ataque del enemigo, de modo que llegamos a ser, no solo victoriosos, sino «más que vencedores.» Así que las pruebas nos dan nuevo aliento.
1 Pedro 5:10 dice, «Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después de que hayáis parecido un poco de tiempo, el mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.» Las pruebas nos enseñan a velar y a evitar las cosas que traen la tentación y alejarnos del territorio del enemigo.

 En conclusión hermanos, seamos prudentes y sabios cuando las pruebas vienen. Vienen para acercarnos a Dios. Y, al ser más que vencedores algún día recibiremos la corona de la vida, que el Señor ha prometido a los que le aman.

Recordemos las palabras de Pablo en 1 Corintios 10:12,13, «Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.» Hay una advertencia más en el v.14, «por tanto, amados míos, huid de la idolatría.»


BUSCAD A JEHOVÁ

Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”   Isa. 55:6
¿Será posible que esta porción de la Biblia nos esté diciendo que hay un momento de la vida del hombre que no puede hallar a Jehová? ¿Y que le llamaremos y no le encontraremos porque está lejos de nosotros?
En el capítulo 3 del libro de Eclesiastés nos habla el proverbista Salomón del tiempo sobre esta tierra y da una riquísima descripción de qué todo, absolutamente todo, tiene su tiempo sobre esta tierra, tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado…tiempo de buscar y tiempo de perder.
Esto nos afirma que hay un tiempo para buscar a Dios, un tiempo para llamarle, un tiempo para dejar el camino malo y volverse a Jehová. Pero también hay un tiempo que si no buscamos, perderemos…perderemos la vida eterna.
En estos días he podido ser testigo de la condición de un pariente cercano, quien está postrado en una cama, viviendo sus últimos días sobre esta tierra. Mientras lo visitaba, pensaba del gran descuido del hombre en no buscar de Dios cuando puede ser hallado y esta escena me ha impactado para exhortar a todo aquel que tenga la oportunidad de leer este blog.
Si cada persona pudiese llevar un diario desde temprano en su vida y en el narrase todas sus vivencias, estoy segura que nos daríamos cuenta que hemos perdido nuestros días en vanidad, en deseos carnales…porque hemos vivido el instante sin pensar en la eternidad. Nos hemos perdido de la vida abundante que nos habla nuestro Señor Jesucristo y hemos vivido vidas miserables entre mis deseos carnales y el pecado.
Josías, siendo aún muy joven decidió buscar de Dios y no solo ordenar su vida personal sino ordenar la vida del pueblo de Israel.
“A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas. 4Y derribaron delante de él los altares de los baales, e hizo pedazos las imágenes del sol, que estaban puestas encima; despedazó también las imágenes de Asera, las esculturas y estatuas fundidas, y las desmenuzó, y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que les habían ofrecido sacrificios.”
Que gran ejemplo nos da este joven de tan escasos doce años. Dice la palabra que comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera…
Al buscar a Jehová él en nosotros nos insta a quitar todos aquellos ídolos que guardamos dentro de nuestros corazones que tienen el lugar de prominencia de nuestras vidas. Al quitar todos estos ídolos y todos aquellos obstáculos que nos impiden buscarle, tendremos vidas victoriosas y abundantes.
No esperemos que lleguen los días malos, donde muchas veces se ha perdido el raciocinio por vejez, por un estado de coma en un hospital, por la muerte repentina…busquemos de nuestro Señor Jesucristo ahora que podemos.
Hay recompensa para todo aquel que le busca:
·        Vivirás confiadamente, sin temores.
 Busqué a Jehová, y él me oyó,
 Y me libró de todos mis temores. Salmo 34:4
·        No tendrán falta de ningún bien.
“los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien. “Salmo 34:10
·        Somos bienaventurados.
Bienaventurados los que guardan sus testimonios,
Y con todo el corazón le buscan; Salmo 119:2
·        El promete estar contigo.
Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jehová Dios de los ejércitos estará con vosotros. Amós 5:14
·        Tenemos galardón.
“es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6
Si quieres buscar de Dios, busca un lugar tranquilo donde puedas hablar con Dios y ora así:
“Padre por mucho tiempo he descuidado mi relación contigo y he caminado en mi propio camino pero hoy reconozco que soy pecador y me arrepiento de todos mis pecados. Te pido que vengas hoy a mi vida y transformes todo mi ser. Quiero vivir de aquí en adelante una vida plena en ti, honrándote y amándote eternamente. Amén”
Si hiciste esta oración, déjame saberlo, escríbeme en comentarios.
Dios te bendiga.