QUEDAOS QUIETOS

“Ahora voy a enviarles lo que ha prometido mi Padre; pero ustedes quédense en la ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo alto.” Lucas 24:49 (Biblia Plenitud)
 
Hay momentos de actuar y momentos de esperar. A veces no se sabe cuál es cuál. Así les ocurrió a los discípulos. Después de su resurrección Jesús se les apareció de vez en cuando, confirmó su fe y les dio instrucciones sobre su futuro.
 
Si nos ponemos en los zapatos de los discípulos, comprenderíamos que estaban ansiosos y un poco nerviosos; tenían una increíble noticia que proclamar al mundo, ¡Cristo había resucitado de entre los muertos! Se imaginan lo que estos hombres podían estar conteniendo en su interior, lo que esta noticia significaba para ellos y para el mundo entero. Sentían un deseo incontrolable de empezar la obra encargada por el Maestro y recorrer el mundo, de contarle a la gente lo que había sucedido. Sin embargo, el Señor les dice que se queden en la ciudad. No están listos todavía. “quédense en la ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo alto.”
 
¿Creen ustedes que la orden del Maestro fue fácil para aquellos hombres que se desbordaban de la emoción? Definitivamente no. Es sumamente difícil quedarse sentado cuando uno tiene una tarea importante que realizar. Uno se siente inquieto por la quietud y el espíritu se transporta hacia las cosas que hay que hacer. “Arrollémonos las mangas”, es el lema en tales ocasiones y queremos iniciar cuanto antes.
 
Sin embargo, debemos de tener paciencia, un tiempo de espera, un momento de reflexionar y de orar. Muchas veces entre más trabajamos y nos mantenemos ocupados, menos tiempo tenemos de escuchar la voz de Dios. Para trabajar para Dios tenemos que permitir tiempo para que El obre en nosotros. No solamente me refiero al trabajo en la obra, tenemos muchas ocasiones que tenemos que tomar decisiones importantes de nuestra vida cotidiana y nos lanzamos desesperados a buscar soluciones y al final fracasamos porque no tomamos un tiempo de quietud, un tiempo de oír la voz de Dios dirigiéndonos con paso firme.
 

Si sabes esperar quietamente…al igual que los discípulos recibirás poder de lo alto. El Espíritu Santo te guiará y te dará las respuestas que tú necesitas. ¡Espera en Él confiadamente!

Maritza Cartín Estrada

UN DÍA QUE TERMINA…


Quizás el momento de mayor reflexión es aquel en nuestra vida cuando se llega al final. He hablado con varias personas que después de que sus hijos crecen, se dicen así mismos: debí de haber hecho esto o debí de haber hecho aquello.  Otros cuando ya no tienen más a su esposo o su esposa, lamentan lo que no fue.  Y así es al final de una jornada de trabajo, al final de algún proyecto, o al regreso de

un largo viaje. Lo común es que al terminar el día, cuando baja el sol y el cansancio nos da testimonio de lo trabajado, reflexionamos en como lo pudimos haber hecho mejor, en otras palabras, siempre hubo espacio para hacerlo mejor.

Jesús tuvo esa tarde.  Allí, con sus discípulos, se preparaba a compartir la ultima cena, y tomo su tiempo para mirarlos uno por uno.  A uno de ellos vio que habiéndole dado todo por el, todo no fue suficiente y por unas 30 monedas lo traicionaba.  Pero quizás, su reflexión mayor vino cuando se ciño una toalla y comenzó a lavarles los pies a cada uno de ellos.

Quizás se debió de haber dicho así mismo, como les puedo explicar, como les puedo insistir en que la grandeza no se encuentra en ser el mayor.  Muchas veces lo había enseñado, lo había explicado con palabras llenas de sabiduría.  Pero al llegar la tarde todavía seguían sin entender.  Ya se acaba el tiempo, llegaba la hora del sacrificio, pero su amor todavía seguía fluyendo, se desbordaba.  Comenzó a lavarles sus pies, te imaginas, sus manos cuidando de ellos con la intensidad de un amor que lo daba todo.  Faltaban pocos minutos para que sus pies, los de Jesús, fueran atravesados por clavos de acero, pero él ahora se ocupaba de lavar con la ternura de un padre los pies de aquellos que le habían seguido. Y aun así, aun cuando no era el agua la que fluía, sino una enseñanza tan grande, ellos seguían sin entender. No entendían que era el final de una tarde.  Que ya no habría otra cena con Jesús, que eran minutos de sentimientos únicos.

Juan 13:13-15 (Nueva Versión Internacional)

13 Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy.14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros.15 Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes.


Aprovechemos bien el tiempo y comprendamos lo que el Señor hoy, no mañana, nos quiere susurrar a nuestro oído.

Crucemos al otro lado (Por Maritza Cartín)


I. Texto Bíblico:

“Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro,
¿no tienes cuidado que perecemos? 39Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?” Marcos 4:35
II. Introducción:
Dios nos quiere llevar a experiencias nuevas, diferentes, refrescantes que confrontan nuestra fe y nos cambian de ser un religioso a tener una vida fructífera en el Señor. Estamos aburridos de vivir y de ver iglesias religiosas que pasan los días, meses, años y todo continua igual. Ej. Un día de estos se sentó una familiar lejana en la sala de mi casa y le pregunté ¿cómo estas? Y ella me contesto, que quieres que te diga, lo mismo del año pasado, de hace dos años, de hace tres, de hace cinco…lo mismo de siempre. Su cara alargada, su frente marcada por el dolor, amargura, resentimiento, pobreza o miseria era lo único que aquella mujer podía reflejar. H/Estamos hablando de alguien que tiene años de ser “cristiana”. ¿Qué pasa? ¿Qué sucede hoy en día con los hijos de Dios? Podemos acaso transitar por este mundo sin ninguna diferencia entre aquellos que viven en Egipto y nosotros que vivimos en Gosén. El nos invita en esta mañana a CRUZAR AL OTRO LADO.
III. Desarrollo:
1. “…cuando llegó la noche…”
Podemos pensar que aquel día había sido un día donde la gloria del Señor se había manifestado en las multitudes, enfermos sanos, palabra sabía de la boca de Jesús; es decir, había sido un día lleno enseñanzas para sus discípulos. Lo más adecuado sería que tanto sus discípulos como Jesús se fueran a descansar después de aquel agotador día. Sin embargo, al caer la noche el Señor quiere que tomen la barca. H/ Si hay algo que el Señor quiere mostrarte en este día es la obediencia a El. Sin preguntar por qué, El desea solamente que tomes la barca y ahora aquí El te llevará de la teoría a la práctica. Sus discípulos habían vista los grandes milagros hechos por Jesús, ahora les tocaba a ellos poner en práctica el poder de su Señor en sus vidas. Por eso, obedientemente, entran en la barca a pesar del cansancio del día. El Señor te dice yo soy el que te tengo en la barca, permanece en mi.
2. “…pasemos al otro lado…”
La siguiente orden del Maestro es explicita, fácil de entender, él les dice “pasemos al otro lado”.
Dios no quiere hijos estáticos que siempre estén en el mismo lugar, El quiere que pasemos a diferentes niveles en nuestra vida espiritual. No nos podemos quedar solo con la salvación, él quiere que pasemos al otro lado para llevarnos a un nivel de fe y de conocimiento íntimo de El aun más profundo. El quizás quiere llevarte a otro lugar de trabajo, quiere llevarte a servirle.
Ej. Dios también sacó al pueblo de Israel de la cautividad, pero el pueblo estuvo dando vueltas por el desierto durante cuarenta años en una travesía que hubiese podido durar tan solo cuarenta días… a causa de sus actitudes. El tiempo del pueblo Hebreo en Egipto había terminado, H/Dios tenía al otro lado una tierra prometida llena de bendiciones. Que no nos pase la de los hebreos que aún suspiraban por la olla de carne y los ajos. Dios quiere moverte a algo diferente a una tierra que fluye leche y miel. Quiere sacarte de tu vida almática a una vida guiada por el Espíritu Santo. Quiere sacarte de tu comodidad.
Ej. David estaba muy comodito pastoreando a las ovejitas de su padre, allá en un potrero, solo, solo rodeado de la naturaleza, sin nadie que lo molestara, pero fue incomodado, fue enviado a visitar a sus hermanos que estaban en campo de batalla. David pasa al otro lado, de su potrero con sus ovejas al campo de batalla, de su vida pacífica a estar enfrente de un gran gigante.
3. “les dijo” a sus discípulos “…despidieron a la multitud…”
Estas experiencias no son para las multitudes sino para unos pocos, para sus discípulos, para sus amados hijos, para aquellos que caminaban día y la noche con El. Ej/ ¿Cuántos soldados del ejército de Israel habían estado escuchando los improperios de Goliat? Muchos pero ninguno se había decidido cruzar al otro lado, ir por la cabeza del gigante, solo un joven muchachito ovejero. “Muchos son los llamados y pocos los escogidos.” Es un remanente el que el Señor quiere pastorear y llevar a pastos y aguas refrescantes. No son multitudes.
“Mas vosotros sois linaje escogido” 1 Pedro 2:9 Somos una extirpe diferente que el Señor ha escogido para formarnos.
4. Una tormenta les impedía pasar al otro lado: “Pero se levantó una gran tempestad…”
• El enemigo se opondrá que cruces al otro lado. El enemigo no quiere que obedezcas y seas fiel con Dios. Siempre hay “peros”, tropiezos, dificultades cuando el Señor nos quiere llevar a algo diferente. El enemigo siempre impedirá que cumplas el propósito de Dios.
• Los discípulos se asustaron. El mar de Galilea está a poco más de doscientos metros bajo el nivel del mar y se encuentra rodeado de montañas. Los vientos soplan con bastante intensidad en las regiones cercanas al mar y provocan violentas e inesperadas tormentas. Los discípulos eran pescadores experimentados, toda su vida pescaron en aquel lago, pero en esta tempestad el pánico los dominó.
Los discípulos se asustaron porque la tempestad amenazaba destruirlos y parecía que Jesús no se daba cuenta ni se preocupaba de lo que pasaba. Este viaje al otro lado, no lo hacemos solos, El va con nosotros, por eso el se incluye en la oración, “pasemos al otro lado”. “He aquí que yo estoy con vosotros (38). “De ningún modo te dejaré ni te desampararé.” (Hec. 13:5) Jesús estaba callado pero su presencia debió alentar sus corazones. Muchas veces la tormenta la quisiéramos parar ya, en el momento, pero esta no para se alarga por un tiempo más, que por cierto se nos hace infinito, pero olvidamos que aunque vemos y estamos en lo peor de la tormenta El esta allí, a la par tuya.
Era una tempestad física, pero hay tormentas que se producen también en otro sentido. Piense en las tormentas de su vida, en las circunstancias que provocan en usted gran ansiedad. Cualquiera que sea su dificultad, tiene dos opciones: preocuparse y suponer que a Jesús no le importa o resistir el miedo y poner toda su confianza en Él. Cuando el pánico quiera hacer presa de usted, confiese su necesidad a Dios y confíe en que Él cuidará de su vida.
En la tempestad es donde Dios nos equipa para el Servicio. Cuando Dios desea un roble, El lo planta en un lugar donde las tormentas lo castigan y la lluvia cae sobre él, y es en medio de la batalla con los elementos donde el roble gana fuertes y magníficas fibras y se convierte en el rey del bosque. Cuando Dios quiere hacer un hombre, El lo coloca en medio de alguna tormenta.
5. 38Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal;
¿Cómo es posible que mientras esta tormenta estaba en lo mejor, el maestro dormía profundamente? Podría ser posible?
La Paz de nuestro SEÑOR. — El SEÑOR JESÚS estaba cansado y se había quedado dormido. Eso nos muestra que nuestro SALVADOR era 100% Dios, y 100% hombre. Como hombre experimentó el cansancio físico también. Hay dos cosas que debemos observar en cuanto a esta Paz de nuestro SEÑOR que nos deja grandes ejemplos para nosotros.
a. El que JESÚS estuviera dormido en medio de una tormenta tan fuerte, sugiere para nosotros confianza en Dios. Es muy claro que JESUCRISTO es Dios, y el ejemplo es para que nosotros tengamos confianza en Él.
i. El Salmo 3:5 dice; «Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene.»
ii. Proverbios 3:24 dice: «Al acostarte, no tendrás temor alguno; te acostarás y dormirás tranquilo.»
b. El que JESUCRISTO durmiera tranquilo en medio de la tormenta, nos muestra una CONCIENCIA tranquila. Como dijimos antes, nuestro SEÑOR es Dios, así que el ejemplo es dirigido a nosotros. Sigamos con el clamor hacia nuestro SEÑOR en el cuarto punto.
6. 39Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.
Sigamos su ejemplo: ¡levantándose! ¿Cuál es tu posición en la tormenta? Deben ser dos posiciones: la primera de paz, porque sabemos quién está de nuestro lado y que esa batalla ya la tenemos ganada y la segunda es de guerra y autoridad. El Señor solo abrió su boca y decretó…calla, enmudece. H/¿Qué haces tu? Te amedrentas frente a la prueba. Levántate…
Lo bueno de todo esto es que, al final, clamaron a Jesús por ayuda y no abandonaron la barca. Sin embargo, en mi opinión, la expectativa de Jesús era que ellos resolvieran el problema actuando en fe: «Reprendiendo al viento y callando al mar en su nombre». Pero eso no sucedió. No obstante, los discípulos no llegaron al otro lado con el sentimiento del fracaso en sus corazones ni con expresiones de desaliento en sus labios, pues Jesús, como en la mayoría de los casos, hizo que llegaran al otro lado enfocados en él, porque solo así ellos entenderían y disfrutarían lo que sucedería allí.
7. “…y hubo gran bonanza” Cuando sabemos que el Señor está en nuestra barca y tomamos autoridad sobre todo lo que quiera venir a interferir nuestro ascenso hacia Dios….habrá paz, habrá bonanza, habrá tranquilidad, habrá gozo…
¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?
¿Se da cuenta? El enemigo de la obra de Dios quiso frustrar el proyecto del Padre con el Hijo y del Hijo con sus discípulos por medio de esta tempestad. ¿Por qué Satanás quería impedir que Jesús y sus discípulos llegaran al otro lado del lago? Porque temía que de esta forma finalizaría el reinado de terror que él mantenía sobre toda la comunidad de Gadara por medio de un hombre poseído. Pero Jesús logró que todos llegaran junto a él y en sus cabales al otro lado, lugar donde se manifestó el poder liberador de Dios de una manera magna y sus discípulos fueron testigos presenciales de ese gran episodio. Aunque el enemigo quiso frustrar la travesía de este equipo de hombres, los discípulos salieron con Jesús de una orilla del lago y llegaron más restaurados al otro lado. H/El Señor quiere llevarnos al otro lado para que veamos su poder sobrenatural, para que veamos la liberación que el puede hacer en la vida de aquellos que tienen a Satanás como su dios. Al otro lado, hay una experiencia diferente, ¿cuántos quieren cruzar?
IV. CONCLUSIÓN:
H/ El Señor quiere que pases a otro nivel de fe dónde seas tu el que se pare en la barca y le hables al viento, a las olas, en otras palabras el quiere que tu uses tu fe para hablarle a ese problema financiero, físico, relacional, etc. Ya no quiere bebes en su barca, el quiere hombres y mujeres de fe que sepan actuar en diferentes circunstancias.

El día en que se oscureció la tierra (Mateo 27)

Había sido un día de conmoción en la ciudad de Jerusalén. La noche anterior habían llevado a un humilde carpintero de Nazareth ante los tribunales eclesiásticos y gubernamentales y ambas entidades dieron el fallo de «culpable». Los superiores de la sinagoga lo encontraron culpable de haberse llamado el hijo de Dios, culpable de haber quebrantado la ley de Moisés en múltiples ocasiones. Poncio Pilato, el gobernador de Roma en aquella provincia se lavo sus manos, declarando así que él no tenía que ver nada en aquella
decisión pero tampoco hizo nada para impedirla. Pero más haya de todas estas acusaciones …también era culpable de la gran conmoción que causó desde su aparición. Era culpable de:

Dar vista a los ciegos,
Hacer que los cojos caminaran,
Sanar los cuerpos mutilados de los leprosos,
Llenar el hambre física de multitudes, multiplicando el pan y los peces,
Dando vida a un muerto de tres días,
Cambiar la vida de todos aquellos que se encontraban con él, un Saqueo, ladrón, cambiando en hombre honesto; una mujer con un pasado de cinco esposos, encuentra el agua viva que cambia;
unos hombres toscos, pescadores ahora formaban la futura iglesia primitiva, pescando almas para el reino…
Escogen la muerte más indigna, la muerte de cruz y allí colgando en aquella cruz, con sus brazos abiertos, como abrazando a toda la humanidad, sus ojos elevados al cielo, llegó el momento siniestro donde todos los pecados de este mundo llevó sobre sus hombros. 
Su Padre…se apartó de él.
La luz del día se apartó de su rostro…y tinieblas cubrieron la tierra desde la hora sexta a la hora novena.
Tres horas de agonía, de soledad por parte de sus discípulos, su familia y su mismo Padre Eterno…
Allí en ese preciso momento,  por su mente cruzaba el rostro y el nombre de cada uno de nosotros…había valido la pena aquel sacrificio a cambio de salvar a la humanidad, a cambio de salvarte a ti y a mi. Es por eso que su Palabra dice,
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» Juan 3:16

Querido lector, en este día en que la tierra se oscureció tu estabas en el corazón de Dios. Es por eso que en este día te digo que si aún estas en el vicio, en el pecado, en la soledad, en enfermedad, hay esperanza para ti y se llama Jesucristo. Abre tu corazón e invitale a ser parte de tu vida y verás como tu vida cambia al igual que cambio la mía.

Mi todo para El

El título de esta reflexión nos habla de ese amor incondicional que cada uno de nosotros debe de tener hacia aquel quien nos dio la vida. Nos habla de cómo hoy en día el mundo ha descuidado ese primer amor por los afanes de esta tierra. Sí, estamos viviendo tiempos de gran apostasía, tiempos de gran tentación, tiempos de tibieza espiritual. Solamente aquel que mantenga su
primer amor ferviente podrá estar firme ante las adversidades que se avecinan.
En Apocalipsis 4 el Señor le habla a la Iglesia de Éfeso y luego de darle un reconocimiento y halagos por sus excelentes obras, su arduo trabajo, paciencia, su celo por aquellos que ministran la palabra, de pronto hace un alto y les exhorta, «pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor».
En otras palabras, Dios mira tu esfuerzo, tu trabajo, tu celo por la obra pero todo esto se desvanece ante el amor hacia nuestro amado Señor. Es por eso que Jesús le dice a María, la hermana de Lázaro que ella había escogido la mejor parte…estar a los pies del Maestro. Jesús no despreció los trabajos arduos de su hermana Marta…pero lo mejor de todo era estar a sus pies…en rendición y amor profundo.
A este maravilloso amor se le conoce en la Palabra de Dios como amor nupcial, siendo Jesús el novio «Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos?» Mateo 9:15  Habrán unas bodas del Cordero en las que tu y yo estamos invitados. La iglesia, la novia somos nosotros preparándonos para ese magno evento que se llevará acabo muy pronto.  Este amor nupcial no es una fantasía, es real, tangible y podemos alcanzarlo pues esta a nuestra disposición, no por nuestros méritos, no por el esfuerzo que hagamos para alcanzarlo sino porque El nos amo primero. El lo ha sembrado en nuestro corazón, proviene de El
Este amor es tan poderoso que llevó al Señor a sufrir para la redención el mundo. «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» Juan 3:16  Es su amor el que rescata al hombre del pecado, es su amor el que cambia el corazón entenebrecido por un amor limpio y puro. Es su amor el que cambia vidas, individuos, familias…y te puede cambiar a ti.
Si quieres de este amor sublime, si al igual que yo quieres decir «Mi todo para El» hoy es el día aceptable. Inclina tu rostro donde estés y ora conmigo: «Padre, estoy delante de ti, reconociendo que soy un pecador y que sin ti nada soy, te pido perdón por mis pecados y escribe mi nombre en el libro de la vida. Quiero amarte con este amor incondicional, ven a mi vida…Amén»