
Camino bello, camino de dichas codiciadas y nunca obtenidas,
panal de mieles cristalinas que incitan a saborear su dulzor.
Al sediento ofreces tu camino, aguas transparentes que ascienden frías de las entrañas de la tierra;
Al avariento, el brillo metálico del oro;
Al vanaglorioso, el aplauso delirante de un mundo a los pies de un rey;
Al fornicario, le ofreces la blanca carne de las bellas odaliscas que brindan placeres inagotables;
Al solitario, un corazón lleno de amor y unas manos que estrechen las suyas.
Este es el camino ancho que lleva a la perdición y muchos son los que entran por él.
Mateo 7:13


