I. TEXTO BÍBLICO: Marcos 4:16-20
Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.
17 Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.
18 Y dejando luego sus redes, le siguieron.
19 Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes.
20 Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron.
II. INTRODUCCIÓN:
El único superviviente de un naufragio llegó a la playa de una isla deshabitada y perdida en el océano. Durante meses rezaba fervientemente a Dios pidiendo ser rescatado. Cada día escudriñaba el horizonte suspirando por vislumbrar un barco que pasara por aquel lugar tan apartado de las rutas habituales, pero pasaba el tiempo y parecía que jamás llegaría nadie. Cansado, finalmente optó por construir una cabaña de madera en la que protegerse de los rigores del invierno y resguardar también sus escasas y modestas pertenencias. Le costó muchas semanas de trabajo agotador. Un día, a media tarde, después de hacer una ronda por la isla en busca de alimento, encontró a su vuelta la casa envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. El rescoldo, que durante tanto tiempo había procurado conservar de modo permanente, había desprendido un chispa y su casa se había incendiado. Lo peor había ocurrido. Lo había perdido todo.
Se quedó lleno de tristeza y de rabia. “¡Dios mío, cómo pudiste hacerme esto a mí! ¿No era suficiente con lo que tenía?” Y así lamentándose se quedó dormido, tendido en la playa. A las pocas horas le despertó el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a rescatarlo. “¿Cómo supieron que estaba aquí?” preguntó el hombre a sus salvadores. “Vimos su señal de humo y acudimos enseguida”, contestaron ellos. A veces, en nuestra vida hemos puesto mucho empeño en conseguir algunos logros, probablemente bastante modestos si se miran desde la distancia, y un buen día nos encontramos con que lo hemos perdido todo o lo vamos a perder, y nos parece algo realmente duro. Sin embargo, cuando perdemos todo por entregarlo a Dios, nos sucede como a aquel naufrago, que al perder todas sus modestas posesiones se encontró con algo mucho más grande.
III. DESARROLLO:
A veces pensamos que los que deciden acercarse a Dios o a la Iglesia son personas que no tienen que hacer…sin embargo veamos estos ejemplos de hombres que Dios llamó…
- Cuando llamó a Pedro y a Andrés, estaban echando las redes al mar.
- Cuando llamó a Juan y a Santiago, estaban aderezando sus redes.
- Cuando llamó a Mateo, estaba cobrando impuestos.
- Cuando Dios llamó a Moisés, estaba ocupado con sus ovejas en el monte Horeb.
- Cuando llamó a Gedeon, estaba sacudiendo el trigo en una era.
- Cuando buscó a Saul, estaba buscando las asnas de su padre.
- Cuando llamó a Eliseo, estaba arando con doce yuntas de bueyes.
- Cuando llamó a David, estaba apacentando las ovejas de su padre.
- Cuando llamó a Nehemías, estaba sirviendo al rey.
- Cuando llamó a Amós, estaba pastoreando sus ovejas.
Cada uno de los discípulos y de estos hombres que Dios llamó confiaron en Jesús y lo dejaron todo por El. Tuvieron absoluta confianza en su llamado.
Es muy posible que aquellos hombres que fueron llamados conociesen ya a Jesús o, por lo menos, hubiesen oído hablar de Él. Jesús empieza su predicación en Galilea, en las ciudades que están junto al lago y su fama se fue extendiendo con rapidez por toda aquella región. Ellos conocían cosas de Jesús. E, incluso sentirían una gran curiosidad y un gran deseo de conocerle mejor. Pero lo que nunca pudieron imaginar fue que el mismo Jesús, se acercara a cada uno de ellos y Él les llamara de una forma tan directa y tan personal.
H/Y eso mismo puede o sucedió con cada uno de nosotros. Sabíamos cosas de Jesús, seguíamos una religión heredada de nuestros padres, hasta que un día el mismo Señor se pone delante de nosotros y nos dice: ven y sígueme. Ellos, al oír la voz del maestro no lo dudan. El impacto de esa llamada fue tan grande que abandona todo aquello, que en ese momento le daba mayor seguridad: su familia y su trabajo, es decir, todo lo que tenía; y se va con Jesús. No sé en qué momento de tu vida tú oíste el llamado del Señor a seguirle, yo lo oí a la edad de nueve años y han transcurrido…y aquí estoy junto al Maestro. Aleluya!
Y es aquí donde iniciamos verdaderamente nuestra vida, antes de este suceso, lo que teníamos no era vida, era muerte, miedo, oscuridad, inseguridad…(el viernes fui a orar por un joven enfermo…Gerardo…sin esperanza, miedos, etc). Pero nosotros iniciamos este viaje y a través de este camino nos acercamos al Señor y vamos pasando etapas de crecimiento al lado del Maestro.
Iremos comprendiendo a lo largo de ese camino de crecimiento en la amistad con el Señor cómo se iban cumpliendo aquellas palabras pronunciadas por Jesús en la última Cena. “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando, No os llamo ya siervos porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.”
· Fuimos comprendiendo el gran amor que Jesús le tenía, un amor que le llevó a la cruz ((“nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”),
· Fuimos comprendiendo que la amistad con Jesús supone docilidad y confianza en su Palabra (”Sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando”),
· Fuimos comprendiendo, cada día con mayor admiración y sorpresa, la revelación del Misterio de Dios (“todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer”),
· Fuimos comprendiendo que en el origen de esa amistad con el Señor hay una decisión del Señor, una llamada, una elección (“no me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros)
· y fuimos comprendiendo también que esa elección y esa llamada estaba destinada a dar muchos frutos; Jesús nos eligió para ser sus colaboradores en la gran tarea de extender el evangelio por el mundo entero (“os he destinado para que deis fruto y un fruto que permanezca”)
1. El Llamamiento:
Jesús cuando llama, no llama “a medias”. No llama para que le demos algo de nosotros: algo de nuestro tiempo, algo de nuestro afecto, alguna de nuestras cualidades, alguna etapa de nuestra vida. No. Jesús cuando llama, llama a la persona entera, llama al corazón,que es el centro de la persona, llama a la totalidad de nuestro ser. Y lo hace así, porque El quiere llenar todo nuestro ser de su luz, de su amor y de su gozo, (“Os he dicho esto para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo llegue a su plenitud (Jn. 15,11) y sabe también que la felicidad de una persona y el sentido de su vida solo se encuentran si llenan a la persona entera.
H/Pensemos ahora en nosotros. El Señor también se ha fijado en nosotros y también nos llama. Su llamada tendrá matices distintos en cada uno. El Señor puede llamar de muchas formas, porque son también muchas las tareas que Él puede encomendarnos. Pero sea cual sea la vocación a la que nos llame (y no hay que descartar ninguna), en todas nos invita a la totalidad de la entrega.Nos invita a ser de Él, a estar con Él y a caminar siempre con Él. Y esa totalidad a la que nos invita, supone desprendernos de todo aquello que no nos deja ser libre, de todo aquello que nos impide caminar junto a Él.
¿Qué implica esa entrega total de nuestro ser? Los discípulos como Juan, Santiago, Pedro…dejaron sus barcas y sus redes, qué estamos nosotros dispuestos a dejar para seguir a Cristo, ¿cuál es tú red, cuál tu barca que te está impidiendo seguir inmediatamente a Jesús?
a) Aborrecer la propia vida.
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Lc 14.26
Cuando Jesús dice el que no aborrece no quiere decir odiar a padre etc. Sino que Él tiene que tener un lugar mayor en tu corazón que el que tienen las demás personas en tu vida.
Para seguir a Jesús y ser un discípulo, Él tiene que ser tu prioridad número uno.
(Mateo 22:37 RVR60) Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
b) Llevar la cruz.
Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Lc 14.27
La cruz proviene de la palabra griega “stauros” que quiere decir exposición a la muerte.
• Cuando una persona decide seguir a Cristo y llevar su cruz, esto significa que va a padecer lo mismo que Jesús padeció en la cruz, humillación, ataques satánicos constantes.
• (Efesios 6:12 RVR60) Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
• Llevar la cruz significa morir a nosotros mismos todos los días, a nuestros deseos carnales y a nuestra voluntad para hacer la voluntad de Dios.
• (Gálatas 2:20 RVR60) Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
• Llevar nuestra cruz significa también que así como Cristo venció la muerte, así nosotros vamos a vencer toda dificultad o prueba que venga a nuestra vida.
(Romanos 8:37 RVR60) Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
c) Olvidar las posesiones. (Ej. Joven Rico)
Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Lc 14.33
· Él se había esforzado por obedecer la ley de Dios y por lo tanto tenía muchas cualidades.
· Marcos tiene un detalle interesante. Mr 10. 20-21. Su actitud hacia Dios y su ley era tal que el Señor le amó.
· Era casi perfecto, (perfecto quiere decir que no le falta nada, completo) pero tenía una falta grave que él no alcanzaba ver, pero el Señor sí: Había puesto en su corazón su dinero encima de Dios.
· Casi perfecto. Y así se quedó: Casi perfecto. Pudiendo ser perfecto se quedó en el casi.
· H/ Igual que este joven estamos muchos…tenemos tantos años de ser cristianos, hemos tenido estos y estos puestos en diferentes iglesias, leemos la Palabra, oramos…casi perfectos pero hay algo que nos impide seguir a Jesús genuinamente…la desobediencia, no predicamos, dejamos de reunirnos, etc. Y con estas acciones le damos la espalda al Maestro.
c) Perseverar en la Palabra de Cristo
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; Jn 8.31
· La Palabra de Dios transforma nuestra vida:
La Palabra de Dios cambia completamente nuestra vida. Nos trae a la realidad de Dios. Entendemos la vida y la existencia tal como es. Nuestros pensamientos son cambiados y podemos vivir la vida que a Dios le agrada, en armonía con nuestro Padre. Nos enseña quiénes somos realmente, en Cristo.
Salmos 19:7-10
7 La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida. El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo.
8 Los preceptos del Señor son justos, porque traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es puro y llena los ojos de luz.
9 El temor del Señor es limpio y permanece para siempre. Los decretos del Señor son verdaderos, todos ellos son justos,
10 ¡son de más valor que el oro fino!, ¡son más dulces que la miel del panal!
· La Palabra de Dios nos corrige:
La Biblia nos encara con nuestros errores. Aún con aquellos que están escondidos en la profundidad de nuestro corazones.
Salmos 19:12 ¿Quién se da cuenta de sus propios errores? ¡Perdona, Señor, mis faltas ocultas!
2 Timoteo 3:16-17
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia,
17 a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.
· La Palabra de Dios nos Santifica:
La verdad de la Palabra de Dios nos aleja más del pecado. El Espíritu Santo produce santidad en aquellos que creen, atesoran y obedecen la Palabra de Dios. De este modo, el discípulo será más como su maestro, Jesús.
Juan 17:17 Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.
Podríamos continuar con todas las cosas que Dios hace con nosotros a través de su Palabra, pero quisiera sólo mencionar el punto clave: PERSEVERAR. Tus pensamientos, tus emociones y tu voluntad muchas veces van a estar en contraposición a lo que la Palabra de Dios expresa. Es entonces cuando entra en acción la FE para creer y obedecer al Señor más allá de lo que nuestra naturaleza humana nos diga. El Espíritu Santo, que habita en todo hijo de Dios, te dará el esfuerzo para persistir en la fe.
Isaías 40:29-31
29 Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil.
30 Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen;
31 pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
Hagamos a un lado el desánimo y persistamos en obedecer la enseñanza que recibimos de nuestro maestro, Jesucristo. Allí encontraremos la libertad gloriosa de los hijos de Dios, la cual anhela toda la creación.
Romanos 8:18-21
18 De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros.
19 La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios,
20 porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza
21 de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para alcanzar así la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Lucas 21:19 Si os mantenéis firmes, os salvaréis.
e) Amarse unos a otros
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Jn 13.35
f) Llevar fruto para Dios
En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Jn 15.8
2. El seguimiento.
Jesús no les explica todo a sus discípulos en el momento de la llamada. Simplemente les dice que le sigan. A Jesús se le conoce siguiéndole. Es el trato con Jesús el que nos hace comprender lo que Él quiere de nosotros. Dice S. Marcos en su evangelio que cuando Jesús llamó a los apóstoles, les llamó “para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar”( Mc. 3,14). Antes de enviarles a predicar Jesús llama a sus apóstoles a “estar con Él”. Si queremos saber lo que el Señor quiere de nosotros tenemos que aprender a “estar con Él “ y a “caminar con Él”. Un discipulado no se puede llevar a cabo a distancia, un discipulado es caminar con el Discipulador, es caminar con el Maestro, es seguir sus huellas.
ü Pasó tres años con ellos, caminando juntos las rutas de Galilea y Judea, tragando juntos el polvo del camino, buscando dónde dormir y qué comer.
ü El estar con Jesús es una estrategia. Esto funciona sin querer en su familia. Los ojos de su hijo lo miran de manera constante cuando está despierto y sueña con usted cuando duerme. Cada gesto, su sonrisa, su manera de caminar los aprende de manera inconsciente.
ü Los discípulos acompañaron a Jesús por más de mil días y noches y desde el primer milagro del que fueron testigos lo estudiaban a él. Solo ellos (con los sirvientes) vieron cómo se llenaron las tinajas con agua para luego sacar el mejor vino de ellas. Ellos vieron a Jesús orar día tras día hasta que le pidieron: «Señor, enséñanos a orar».
üJesús era la «materia de estudio», por lo tanto, enfrentaban el constante desafío de encontrarle sentido a sus enseñanzas, a sus hechos y a su manera de pensar.
o Jesús los impulsaba a este estudio de su persona al:
o • actuar de manera inesperada e insólita. Cuando puso orden en el templo.
o • preguntas difíciles, recibir de ellos cualquier respuesta y, a la vez, escuchar sus preguntas. ¿Quién dice la gente que soy?
o • asignarles tareas «imposibles»
o • asustarlos
o • dejarlos llegar al fracaso, esperando que empeorara la situación antes de intervenir. Ej. En la barca, la tormenta.
o • permitirles cierto nivel de éxito.por ejemplo cuando mandó a los setenta a predicar. Aun en esto le da otra dimensión al éxito. «Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos»
o • ser ejemplo de cómo cumplir el ministerio antes de instruirlos en los principios
o • respaldar cada enseñanza con tal autenticidad que le daba autoridad absoluta para dirigir.
o • entregarse a ellos como amigo a pesar del costo en sufrimiento
IV. CONCLUSIÓN:
Vale la pena dejar todo por el Maestro. Vale la pena ser un discípulo de Jesús. Querido amigo que estás leyendo este mensaje, déjame preguntarte qué cosas te impiden seguir a Cristo?? Te digo por mi experiencia personal que vale la pena dejar y quitar todo aquello que nos impide acercarnos al Maestro. Tendrás una vida plena en El. Bendiciones, Maritza Cartín
